Ni pacto de gobierno ni tampoco atípico. "El PSOE sigue siendo gobierno y el PP, oposición". Así de contundente se muestra el ejecutivo de Vilagarcía en aras de disipar las dudas que planean sobre el alcance del acuerdo firmado con el popular Tomás Fole, el cual otorga a la formación conservadora un insólito cargo de confianza (15.200 euros brutos al año) y una liberación (20.700) a cambio de aprobar los salarios del gobierno y la organización de Ravella. El alcalde lanza un reto a todos aquellos escépticos con el "pacto de ciudad" rubricado con el partido de la gaviota, garantizando que "hasta junio de 2019 habrá muchas ocasiones para demostrar que no existe ningún tipo de pacto de gobierno". El acuerdo está colgado desde ayer por la mañana en la página web del Ayuntamiento (www.vilagarcia.es), un documento que el regidor está dispuesto a modificar de sumarse más formaciones, siempre que "todas las partes estemos de acuerdo", precisa. En este sentido, Varela tiende la mano a la izquierda para "reconducir las relaciones", con la condición indispensable de que "todos seamos honestos y no haya más mentiras".

Fue la portavoz del gobierno, Tania García, la que se encargó de realizar un breve resumen de las negociaciones llevadas a cabo con los tres grupos de izquierda, donde el PSOE "tuvo interés e intención" en llegar a buen puerto, según la edil socialista.

De Somos Maioría García dijo que su planteamiento se limitaba únicamente al aspecto económico, "sin posibilidad de hablar de propuestas programáticas". "Yo estaba dispuesto a bajarme el sueldo a las cantidades de las que Somos Maioría estaba hablando", reveló el alcalde, "pero dijeron que no iban a ceder en otras posiciones, por tanto no podemos sentarnos a negociar si una parte no va a ceder", agregó.

En cuanto al BNG, las negociaciones "fueron cordiales desde el primer momento, y nosotros le ofrecimos representación en el Puerto, como mantuvimos hasta el último momento", recordaba ayer Tania García.

Pero sin duda las mayores críticas por parte del ejecutivo socialista se las llevó Esquerda Unida, un partido cuyo apoyo "nos daría la mayoría suficiente para aprobar el pleno de organización", dijo la portavoz y teniente de alcalde. Volvió a insistir en "las constantes mentiras" de EU en alusión a la propuesta que desveló en el pleno en la que la formación de Jesús López y Juan Fajardo solicitaba representaciones en distintos organismos y no cuestionaba los cargos de confianza, cuando "a los medios les dijo otra cosa", espetó.

La número dos del gobierno de Vilagarcía reiteró hasta en tres ocasiones que el acuerdo con Tomás Fole responde a "una estrategia clara de Esquerda Unida para obligarnos a pactar con el PP". García llegó a comparar el acuerdo rubricado con la persona a la que en su día denunció por presunta prevaricación -la demanda fue archivada-, de "un punto del pleno en el que PP y PSOE votaron a favor". "Apoyamos la moción de Somos Maioría sobre los árboles. ¿Por este motivo gobernamos con ese grupo?", se preguntaba el alcalde.

En la retahíla de críticas, el ejecutivo vilagarciano no se olvidó del Partido Popular, devolviéndole así la moneda con la que Fole le pagó en el pleno -con duras acusaciones hacia su capacidad y gestión- pese a haberle concedido la inmensa mayoría de sus exigencias. Salvo una. Y no precisamente baladí. Pese a que el líder conservador había afirmado que su partido iba a decidir el 33% de las inversiones que recibiría el Concello (de distintas administraciones), el acuerdo rubricado por él mismo y por Alberto Varela no recoge por ninguna parte este extremo. De lo contrario, apuntó el alcalde, entonces sí estaríamos hablando de algo más que "un acuerdo única y exclusivamente para desbloquear el pleno de organización". Estaríamos hablando, en definitiva de un ejecutivo bicéfalo. "La junta de gobierno local seguirá estando formada por ocho concejales socialistas", aclaró el regidor.

El denominado "pacto de ciudad" tampoco incluye comisiones bilaterales entre PP y PSOE para trabajar en asuntos de Urbanismo e Infraestructuras, Economía y Personal, y Promoción Económica y Empleo, sino que en estos tres grupos de trabajo estarán presentes todos los partidos de la corporación.

En cuanto al listado de obras que el PSOE hará a petición del PP -siempre y cuando los informes sectoriales sean favorables-, Alberto Varela se mostró convencido de que las zonas de recreo de O Castriño y de la playa Compostela "no van a ser autorizadas" por Costas o Patrimonio.

Pese a que algunas de las actuaciones llevan implícita la "marca PP" (como el complejo de ocio en Fexdega o destinar el Balneario a uso hostelero), Varela quiso dejar claro que "en el asfaltado de una calle no hay izquierdas ni derechas". "Hay obras necesarias, sobre las que nadie duda, como la construcción del gimnasio del colegio de Rubiáns, sustituir la cubierta de amianto de la grada del campo de A Lomba, asfaltar la avenida de Valle Inclán o mejoras de saneamiento", dijo el regidor que, en su opinión, nada tienen que ver con ideología política. "Con este listado de obras el PP acredita una nefasta gestión en estos cuatro años", cargó el primer edil socialista.

Otros proyectos incluidos en el pacto entre PSOE y Partido Popular son: plan de modernización de terrazas, mejora lumínica en edificios y calles emblemáticas, rehabilitación del hórreo del parque de A Xunqueira y pintado de las pistas, humanización de Conde Vallellano y avenida de A Mariña (entorno de la Praza da Peixería), asfaltar Bouza de Cea, saneamiento en Aldea de arriba y Pedramogueira, compra de terrenos anexos a la piscina municipal, creación de un vivero de empresas, plan de empleo y ayuda a emprendedores y un estudio técnico sobre la mejor ubicación del Obelisco.