Si el rendimiento de las cepas se reduce entre un 10 y un 15% como han comprobado los técnicos de campo, la cosecha podría estar por debajo de los 30 millones de kilos, capacidad que absorben las bodegas sin ninguna dificultad. Pero sería una mala noticia para los viticultores, muchos de los cuales se han precipitado a vender la uva al preverse excedentaria,

A ello hay que unir otro problema por la tardanza en los pagos, pues con suerte recibirán sus cheques en Navidad "pero hay viticultores que cobran a los dos años o nunca", denuncia Dopazo quien critica los cálculos optimistas que han lanzado los bodegueros al comienzo de cada campaña "con el único fin de bajar el precio de la uva".