Los 25 grados que ayer alcanzó el termómetro en la comarca de Arousa no fueron un aliciente suficiente para que las playas se abarrotasen de bañistas en el último fin de semana del verano. Quizá la reciente y adelantada ciclogénesis explosiva bautizada como "Henri" pueda haber influido en que muchos arousanos no se animasen a rescatar el bañador del armario.

En A Lanzada, la playa de O Salnés por excelencia, se registró una tímida afluencia teniendo en cuenta su gran extensión.

Los arenales de Vilagarcía vivieron una situación similar. En el caso del urbano, el de A Concha-Compostela, la presencia de bañistas no fue masiva, si bien había personas tumbadas en sus toallas desperdigadas a lo largo de toda la playa.

Algunas incluso buscaron un nuevo soporte en el que tomar el sol, como el tejado de las casetas de los socorristas. Y es que los vigilantes terminaron la temporada el pasado domingo.

Una de las dos playas con bandera azul de Vilagarcía, la de O Preguntoiro (Vilaxoán), estuvo casi desierta durante la tarde. Eso sí, el agua no debía de estar muy fría porque las personas que había se animaron a darse un baño. El quiosco, al igual que el puesto de socorro, cerrado a cal y canto.

Las condiciones meteorológicas darán hoy una nueva oportunidad para ir a la playa a los vecinos y visitantes que ayer no pudieron o no les apeteció hacerlo. Y es que Meteogalicia prevé cielos despejados y que el mercurio alcance los 26 grados, uno más que ayer. Mañana regresarán las nubes y las temperaturas descenderán hasta los 23 grados, aunque el parte no augura lluvias.