La tradicional Noite Meiga que lleva más de una década celebrándose en Vilagarcía contó en esta ocasión con un aliciente... sorpresa. A las diez de la noche una horda de jóvenes zombies invadía una concurrida plaza de O Castro para luego correr por las calles del centro en búsqueda de víctimas a las que "morder". Uno de ellos portaba una motosierra mientras perseguía a los viandantes, poniendo el toque perfecto de una típica escena de terror.

Pero ese carácter terrorífico se combinaba con tintes cómicos. De ello se encargaron miembros de Clámide y de la escuela Valle-Innova, que representaron una pieza teatral inspirada en el cine mudo de terror, pero no llegó a su fin por la invasión zombie desde distintos puntos de la plaza de O Castro.

Mientras tanto, el resto de calles de Vilagarcía comenzaba con la celebración de la Noite Meiga. Muchos niños iban vestidos también de zombies o de brujas para la ocasión. En la plaza de Galicia, la peña Junquera regalaba choricitos, llegando a formarse colas de gente para degustarlos.

Este año se implicaron en la Noite Meiga un total de diez colectivos. Aparte de La Junquera, participaron la asociación micológica A Cantarela, la de consumidores O Noso Lar, la cultural Xeada, la folclórica Malveiras, la de comerciantes Zona Aberta, Nós de Sobradelo, Os Remolóns, la asociación cultural Fontefría y la de O Souto, de Rubiáns.

Cada agrupación colocó una palloza en una calle distinta del centro de la ciudad. Desde sus asentamientos ofrecían a los asistentes distintas tapas y postres tradicionales, como por ejemplo fabada, callos o tortilla. Muchos estands disponían de licor café y, sobre todo, de queimada.

Ya a medianoche, en la plaza de Galicia se procedía a la "queima da meiga" y pronunciar el conjuro para ahuyentar a las brujas. En cuanto a la música en las calles, alguna era tradicional y otra, no tanto.