Bruno Díaz, director del BIDRI, aclara que en ocasiones los plásticos que flotan en el agua son confundidos con el esqueleto de los calamares, de ahí que sean ingeridos por los cetáceos. El pasado mes "asistimos al varamiento de un zifio (una especie de cetáceo) en Ortigueira y tenía el estómago lleno de plástico". Por eso cree importante "que la gente se concience de que el mar no es un basurero; las campañas de limpieza de costas y playas son una gran ayuda, pero no sirven si la gente no reduce el uso de plásticos en su día a día", sentencia.