El comandante Alberto Salas Méndez, destacado en Pontevedra desde el año 2012, es el jefe de la "Campaña Antártica" que va a desplegar el Ejército de Tierra en la isla Decepción. Él y doce hombres más abandonaron ayer O Grove tras recibir todo tipo de formación relacionada con el manejo de embarcaciones neumáticas como las que van a emplear en el continente helado. Se marcha mostrando su gratitud por el cariño recibido y destacando el importante trabajo realizado en las atlánticas aguas de Pedras Negras y San Vicente.

- Han finalizado el período de preparación en O Grove, ¿cómo valora la experiencia?

- Como enormemente positiva, porque hemos alcanzado los objetivos marcados en el programa de instrucción y hemos disfrutado de la hospitalidad de los grovenses. Lo que hicimos en O Grove fue afrontar una de las múltiples fases de instrucción de esta operación.

- Y en este caso concreto se han centrado en la navegación...

- Así es. Nos hemos familiarizado con todo tipo de aspectos relacionados con las embarcaciones que vamos a tener que utilizar en la base Antártida Española Gabriel de Castilla a nuestra llegada a la isla Decepción. Se trataba de conocer todo tipo de medidas de seguridad, funcionamiento y similares. De forma práctica hemos manejado las lanchas en diferentes condiciones de mar y viento, incluso con fuerte oleaje, lo que nos permitió practicar una navegación más accidentada y aprender a gestionar las embarcaciones. Conozco también el Mediterráneo, por eso puedo decir que estoy muy satisfecho por el trabajo que hemos podido realizar en O Grove, y más aún porque el tiempo nos ha permitido progresar día a día; hemos tenido vientos de 10, 15 y hasta 20 nudos, incrementándose a medida que avanzaba la semana. Y el mar ha ido cambiando, y a medida que iba a peor nos íbamos adaptando y adquiriendo más experiencia.

-Como también han probado los trajes especiales que utilizarán en el Antártico.

- Efectivamente. Nos hemos adaptado a esos trajes de supervivencia en el mar, que son los del modelo "Viking". De este modo nos damos cuenta de la enorme diferencia que hay entre estar en el agua tras un accidente con la ropa habitual o portar estos trajes especiales, que permiten sobrevivir el tiempo necesario como para esperar un rescate. Con esta vestimenta un náufrago puede mantenerse en situación activa en el Ártico al menos durante unos veinte minutos, y aunque se produce pérdida de calor no es tan fuerte como para que los músculos dejen de responder casi de inmediato. Durante esta estancia en O Grove también practicamos maniobras de seguridad por hombre al agua, para aprender a reaccionar inmediatamente y familiarizarnos con las herramientas de que disponemos para rescatarlo. Todo esto aderezado con técnicas de primeros auxilios a cargo del comandante que llevamos en la campaña al frente del departamento de Sanidad (Gonzalo de la Fuente). Lógicamente la formación se ha orientado a primeros auxilios acuáticos en ambiente antártico, pues nada tiene que ver lo que sucede allí con lo que ocurre a un accidentado en la ría o incluso en el océano, porque la temperatura influye enormemente en el tipo de rescate. Hay que tener en cuenta que en la Antártida, con una temperatura de cero grados o menos, el problema que se presenta es que una persona que lleva veinte o treinta minutos en el agua puede colapsar cuando la subes al exterior. Cuando se está ese tiempo en el agua en vertical el cuerpo sufre presión en las extremidades inferiores y la sangre sube al cerebro, mientras que el corazón sigue bombeando y los demás músculos empiezan a pararse. Además el deseo de salvarse y la adrenalina producida cuando el náufrago ve llegar a sus rescatadores puede hacerle sufrir un shock al levantarlo verticalmente, de ahí que se empleen redes de izado para subirlo a bordo en posición horizontal, tal y como hemos practicado estos días. Lo cierto es que una vez que se conoce el por qué del izado en horizontal es más fácil aplicar la técnica.

- Parece que ante esta nueva "Campaña Antártica" han prestado especial atención a la preparación para la navegación...

- Este año la responsabilidad es mayor porque en nuestra misión de apoyo logístico a la comunidad científica de isla Decepción vamos a tener que amparar también a un equipo compuesto por buceadores de la Universidad de Barcelona que van a hacer inmersión allí y tenemos que tener un plus de prevención y estar más alerta que nunca.