La casa armadora alega que los buceadores ya bajaron a donde está hundido el barco, a casi 40 metros de profundidad, y que revisaron tanto la sala de máquinas como la zona donde están los aparejos, sin encontrar en ellos los cuerpos de los dos marineros desaparecidos. También hicieron unas grabaciones, pero a los allegados de los dos náufragos no les sirven "porque las imágenes son muy borrosas por la profundidad y la turbidez del agua. Y en la sala de máquinas no llegaron a entrar". FARO intentó sin éxito contactar con la empresa propietaria del bateeiro, que se hundió en la travesía de Cabo de Cruz a Muros. En el accidente también murió el patrón, Germán Fernández Triñanes.