El gobierno de Cambados regresó muy preocupado de su reunión de ayer en Santiago con Portos de Galicia. Y es que el comienzo de las obras de la nueva plaza de abastos se retrasará al menos un año. Eso en el mejor de los casos, porque en el peor el proyecto incluso podría terminar en el cajón. La razón es que el diseño que hizo la Diputación de Pontevedra para el Ayuntamiento contemplaba un edificio de bajo y dos alturas, pero el Plan Especial que redactó en su día Portos de Galicia para el litoral de Cambados -y la plaza está en terreno que depende de Portos- no permite esas alturas. El máximo que se puede edificar en esa zona es de bajo y una altura.

El cuatripartito se encuentra así con que el asunto de la plaza de abastos de Cambados no está tan encauzado como afirmó durante la campaña electoral el exalcalde y actual portavoz del PP en la oposición, Luis Aragunde. Éste aseguró una y otra vez que el comienzo de las obras era inminente, y que de hecho solo faltaba que el Ministerio de Fomento, principal inversor, contratase la obra. Pero no será así, al menos por ahora.

Ya había presupuesto

El portavoz del gobierno municipal, Xurxo Charlín explica que la negativa de Portos a aceptar un edificio de bajo y dos alturas en esa zona del litoral de Cambados les obligará en primer lugar a hablar con las administraciones que ya habían comprometido dinero para la obra en 2015 para pedirles que lo guarden para próximas anualidades, ya que en ésta no se podrá levantar ni un solo ladrillo. Una gestión que dependerá en gran medida de la voluntad política, y en la que hay que tener en cuenta que la izquierda cambadesa necesitará el visto bueno de dos administraciones (la Xunta y el Gobierno central) dirigidas por el PP.

En segundo lugar, el Ayuntamiento necesita ahora un nuevo proyecto. El primero lo costeó la Diputación de Pontevedra, por un importe de 27.000 euros, y lo redactó a la sazón el arquitecto Alfredo Díaz Grande, marido de la presidenta del Parlamento de Galicia, Pilar Rojo. En el nuevo proyecto habrá que reducir una altura al edificio, y reubicar en las dos inferiores o en un local anexo los servicios de refrigeración y almacenaje que estaban previstos para la planta superior.

Paralelamente, el Ayuntamiento tendrá que someter a exposición pública, debatir y votar el Plan Especial, en el que se regulan los usos de los terrenos portuarios. Mientras no se apruebe dicho Plan Especial, Portos tampoco podrá otorgar la concesión del terreno donde se ubicará la nueva plaza. Xurxo Charlín y Portos de Galicia señalan que se pueden tramitar en paralelo el Plan Especial y la concesión para ahorrar tiempo, pero el primero de ellos afirma que será difícil que esté todo el proceso rematado antes de un año. Portos, por su parte, se ha comprometido a poner todo de su parte para que las gestiones se hagan lo más rápido posible.

Además, parece ser que la Xunta no está mucho por la labor de permitir un supermercado en la nueva plaza. Esta era una de las ideas estrella del proyecto del anterior gobierno municipal, pero según Charlín en Portos temen que "los demás supermercados de la zona se opongan al proyecto al considerarse discriminados por el establecimiento de un negocio de ese tipo en terrenos públicos".

En cualquier caso, parece ser que Aragunde era ya conocedor de que el Plan Especial de Portos de Galicia no permitiría una plaza de esas características. Al parecer, el Concello recibió el Plan Especial el 3 de diciembre de 2014 y presentó dos alegaciones, una de las cuales era para que se permitiese el proyecto de la plaza tal y como se había redactado. Pero esta alegación fue denegada el 16 de abril, un mes antes de las elecciones.

Finalmente, en un comunicado remitido a media tarde, Portos aclara que la tramitación del Plan Especial es a partir de ahora competencia del Concello, y que "Portos considera que el proyecto de la plaza de abastos es prioritario. Es por ello que será preciso hacer un par de modificaciones, debido a cuestiones sobrevenidas, sobre el documento base del Plan Especial".