Una posible imprudencia causó el incendio que la noche del pasado 16 de julio, día del Carmen (patrona de los marineros), puso en jaque a todo Carril y parte de Vilagarcía. El informe elaborado por los investigadores y remitido al juzgado confirma la hipótesis inicial sobre la que trabajaron desde un principio los agentes del Seprona y más tarde la Policía Autonómica, que relevó a la Guardia Civil al frente de la investigación porque la demarcación de Vilagarcía no le correspondía al instituto armado. En ambos episodios participó en las pesquisas la Brigada de Investigación de Incendios Forestales (BIIF) de la Xunta.
Fuentes cercanas al operativo concluyen que la probable negligencia se ocasionó por alguien que accedió al lugar del inicio del fuego y dejó allí una colilla de un cigarrillo "o algo similar." En un principio también se barajó la posibilidad de que fuese una hoguera el motivo del incendio.
Provisionalmente la investigación se cierra sin causante del incidente, pues no se llegó a detener ni tampoco identificar a ningún individuo como presunto autor del fuego.
Los primeros días después del suceso los investigadores realizaron una ardua tarea interrogando a un número importante de personas que habían estado en la isla, tanto vecinos de Carril como turistas y también a los jóvenes que esos días participaban en el primer campo de trabajo internacional que acogía Cortegada. Tras recoger los testimonios, los agentes del Seprona y de la Brigada de la Xunta determinaron que esos declarantes no tenían nada que ver con el incendio.
Sin intencionalidad
Las llamas se originaron en la zona de mayor altura de la isla, y por tanto la más visible. Este es uno de los argumentos que desde el primer momento sostiene la investigación para descartar un fuego intencionado. En cuanto a las condiciones meteorológicas, no eran las idóneas para la actuación de un pirómano, pues no hacía viento que pudiese ayudar a una rápida propagación de las llamas y por la mañana había lloviznado. Pese al "orballo" caído, la vegetación que actuó como combustible para el incendio registraba una humedad muy baja. Esto quiere decir que una simple colilla podría haber bastado para que el monte comenzase a arder.
El incendio que finalmente calcinó 500 metros cuadrados puso en evidencia la falta de medios para combatir el fuego en el territorio insular.
