El festival Revenidas tuvo en el viento un enemigo. La gran altura de su escenario principal, el hecho de que esté protegido por grandes lonas y su proximidad al mar hicieron que la organización del certamen decidiese a media tarde de ayer desmontar la estructura para evitar sustos y pasar los conciertos de la noche al escenario pequeño.
Un contratiempo en una jornada que no invitaba al optimismo por los intensos chaparrones que cayeron desde primera hora de la mañana y las ráfagas de viento que obligaron a suspender hasta la tarde la sesión vermú de "Blues do País". No obstante, las previsiones meteorológicas de la organización para la tarde-noche eran benignas, de ahí que se acordase mantener el resto del programa, con la salvedad de que había que desmontar el escenario principal para evitar sustos innecesarios.
El mal tiempo no pudo empañar el festival // Noé Parga
En cuanto a la jornada del viernes, el grupo Heredeiros da Crus según datos provisionales, y uno de los momentos más divertidos de su espectáculo fue cuando arrojaron maíz al público durante el famoso estribillo de "churras, churras, churras..." También volvieron a sacar la sulfatadora para "regar" de vino al público. Se da la circunstancia de que los Heredeiros fueron de los pocos grupos de la noche del sábado que tocaron con lluvia.
Antes que ellos habían subido al escenario los vascos de Kasernarat, cuya cantante se metió al público en el bolsillo con sus intentos por expresarse en gallego. Leo i Arremecághonacona hizo gala de su estilo irreverente al dedicarle una ácida canción a la política viguesa del PP Corina Porro y, en otro tema, al hacerle un "calvo" al público que asistía al concierto.
En el caso de la Familia Caamagno, contaron en un tema con la colaboración de un miembro de Terbutalina. Al cierre de esta edición estaba previsto el concierto de SOJA, uno de los platos fuertes del festival Revenidas de este año ya que pasa por ser una de las mejores bandas de reggae del mundo.
