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Una obra de Francisco Leiro sustituye de manera provisional al Cristo de Santa Mariña

El escultor se ofreció al Concello para ubicar, durante los meses de agosto y septiembre, un crucifijo de madera en las ruinas cambadesas -La pieza artística se instaló ayer

Un momento de la colocación de la imagen de Paco Leiro. // I. Abella

Santa Mariña de Cambados vuelve a estar presidida por la imagen de un crucifijo. Desde ayer, en las emblemáticas ruinas de la iglesia luce una figura en madera elaborada por el escultor cambadés Francisco Leiro, que estará ubicada en el mismo lugar que su predecesora durante los meses de agosto y septiembre.

Fue el propio escultor cambadés el que se puso en contacto con los integrantes del grupo de gobierno la villa del albariño para situar su obra en ese emblemático punto de Cambados por cuestiones emotivas.

La idea fue trasladada a la Comisión do Cemiterio y al cura párroco, José Aldao, que no vieron ningún tipo de impedimento para llevarla a cabo, ya que les convenció desde el inicio.

Al ofrecimiento, los miembros del cuatripartito no pudieron decir que no. Eso llevó al departamento de cultura, dirigido por el nacionalista Víctor Caamaño, a contactar con Patrimonio y con el arzobispado para pulsar esa posibilidad.

Ninguna de estas instituciones puso ningún tipo de problema, abriendo las puertas que se instalase ayer la figura en madera del Cristo, elaborada por el genial artista cambadés.

Su obra no va a desentonar en un entorno que es un auténtico referente artístico, como demuestra el hecho de que es considerado Monumento Histórico- Artístico desde el año 1943.

El propio Caamaño reconocía ayer que la instalación de este crucifijo "es muy importante para nosotros, sobre todo porque va a presidir unas ruinas que son visitadas por los turistas que se acercan a Cambados, que podrán observar la obra de uno de nuestros artistas más internacionales y reconocidos".

De hecho, los cálculos que ha realizado el Concello en otras etapas estivales, cuando se registra una mayor cifra de visitantes en Cambados, sitúan en torno a las 1.500 el número de personas que se acercan cada día hasta las ruinas de la iglesia y el cementerio. También se han convertido en una de las imágenes de referencia de la villa del albariño, al tratarse de dos elementos muy singulares en el ámbito artístico.

El conjunto que configuran tanto la iglesia como el cementerio ha levantado todo tipo de admiraciones, entre las que destaca el comentario que realizó en su día el autor Álvaro Cunqueiro, que elogió en su momento con la frase "o máis melancólico camposanto do mundo".

Las ruinas de Santa mariña son un refererente y un emblema de la villa del albariño que se encuentran huérfanas desde el pasado mes de septiembre, cuando se retiró la imagen del Cristo del interior de la nave del templo cambadés para su restauración, ya que presentaba graves daños en su estructura debido a su permanencia a la intemperie.

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