Aunque fue ella la que empezó el lío, Catalina González, la alcaldesa en funciones de Sanxenxo, puede lavarse las manos; al fin y al cabo, son otros los que tienen que formar gobierno. Es Telmo Martín, el actual líder conservador de Sanxenxo, el que debe reflexionar largo y tendido. La pregunta es, ¿les valió la pena meterse en el lío de reclamar A Lanzada como suya? Si lo que quería era arañar votos, le ha salido mal la jugada, pues el PP de Sanxenxo perdió más de medio millar respecto a 2011 y se mantiene con ocho concejales, es decir, que necesita pactar para tener mayoría absoluta. Es cierto que la caída no fue tan espectacular como en O Grove, pero desde luego el resultado obtenido el domingo es malo para los conservadores a un lado y otro de la frontera de O Bao. Quizás después de lo sucedido en las urnas el PP de Sanxenxo -el de O Grove se salva porque nunca quiso esta guerra- debería plantarse de verdad en A Lanzada, pero no para mover los mojones, sino para sentarse a reflexionar sobre todo lo que se hizo mal y sobre aquello que pueden cambiar para ayudar a su pueblo. Eso de revisar lindes no parece lo más urgente en estos momentos para el PP.
