Rafael Louzán tiene un pie y medio fuera de la Diputación. La pérdida del organismo para el PP, en caso de que como todo parece indicar el PSOE y el BNG alcancen un pacto tras quedarse los populares sin mayoría absoluta, supondrá la salida del presidente en funciones tras doce años al frente de la institución provincial. El propio Louzán lo anunció ayer en su primera comparecencia tras los comicios. "No voy a estar en una futura Corporación porque si hay coalición no tendría una explicación lógica. Es lo que debemos hacer todas las personas actuando con responsabilidad", contestó a preguntas de los medios después de firmar un convenio con el Pontevedra C.F. Louzán sí continuará por ahora como presidente provincial del PPdeG al descartar "cambios [internos en la dirección] a corto plazo", si bien recordó que el próximo año el partido celebrará congreso.

Louzán, quien da prácticamente por perdida la Diputación, presidió la institución en los tres últimos mandatos, el último de ellos con 17 escaños por seis del PSOE y cuatro del BNG. Ahora se ha quedado con doce mientras que los socialistas obtuvieron diez, los nacionalistas repiten con 4 y la Marea entra con uno. El presidente en funciones destacó ayer que los populares han obtenido mayoría y siguen siendo "el partido más votado", aventurando que si hay una coalición podría verse un "esperpento" en el que cada fuerza política tratase de marcar territorio con "repartos de parcelas que perjudicarían a los ciudadanos". En todo caso matizó que la alianza sería "legítima" y tendió la mano para el traspaso de poderes.

PSOE y BNG, que por si solos ya suman la mayoría para desalojar a los populares del poder en la institución, han mostrado una disposición clara a pactar mientras que Marea descarta cualquier posibilidad de entrar a formar parte del gobierno, abogando por la desaparición de las diputaciones.

El portavoz del Bloque en la institución, César Mosquera, ya señaló el lunes que "sería una sorpresa grande" si no se alcanza un pacto entre socialistas y nacionalistas. El PSOE, a través del edil vigués y secretario provincial del partido Santos Héctor Rodríguez, ofreció por su parte un "pacto de progreso". "Creemos que será posible llegar a un acuerdo. Sería muy difícil de explicar a la ciudadanía si no se produce", comentó, para agregar, como ya había manifestado anteriormente el alcalde vigués, que los socialistas propondrán a la teniente de alcalde en funciones y diputada en el Congreso Carmela Silva para presidir el ente.

Héctor Rodríguez expuso que el cambio en el Pazo Provincial servirá para que "se deje de hacer política para unos pocos y se haga con equidad y transparencia para todos los ciudadanos". El edil y responsable socialista denunció que, bajo el mando de Louzán, la Diputación "maltrató a Vigo y a muchísimos ayuntamientos, sobre todo a los no gobernados por el PP".

Los socialistas entienden que, como fuerza que encabezaría la coalición, deben llevar la iniciativa en las conversaciones y darán el paso tras constatar que existe "predisposición" por parte del BNG.

Las prioridades que se marcan los socialistas para un nuevo gobierno son "la política de empleo, la social y la transparencia". Y advirtió de que Vigo no se conformará "con 600.000 euros cuando aporta 50 millones de los 150 del presupuesto de la Diputación". En sus ocho años de gobierno el alcalde vigués ha criticado reiteradamente que la ciudad recibe una ínfima parte de los fondos con los que contribuye cada año.

El BNG pontevedrés, que aparece como el que decidirá finalmente la postura de los nacionalistas, mantiene que no entrará "en los nombres" y no pondría objeciones a la elección de Carmela Silva, pero sí establece condiciones que pasan por aplicar "ecuanimidad y transparencia" en la institución, precisamente las dos medidas que el PSOE también quiere aplicar. En todo caso, Mosquera recordó ayer que "aún faltan semanas" para la constitución de la Corporación provincial e insiste en que cualquier negociación con el PSOE debe ser "con condiciones, escritas y firmadas".

"Trituradoras de papel"

Por otra parte, Rubén Pérez, edil electo vigués en representación de Marea, considera que el cambio de signo político al frente de la Diputación solo servirá para que "las prácticas clientelares se reproduzcan en otros municipios". Pérez intuye que ahora se han puesto a funcionar las "trituradoras de papel".