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Patrimonio arqueológico de Cambados

El inicio de la recuperación del castro de Sete Pías revela sus tres primeros niveles

La limpieza del monte muestra la existencia de una croa de tamaño considerable y dos terrazas orientadas al este, aunque podría ser más extenso - El Concello diseña un plan de intervención trazado en varias fases

El Concello de Cambados ultima las labores de limpieza del entorno del castro de Sete Pías (Oubiña), completadas con un detallado estudio topográfico que ha desvelado la morfología de, al menos, parte del poblado. Dicho informe revela la existencia de una croa de tamaño considerable que coronaba un conjunto con dos terrazas orientadas hacia el este. La idea del Concello es continuar trabajando en la puesta en valor de este bien patrimonial que, hasta el momento, permanecía prácticamente olvidado al lado del polígono industrial.

La ubicación del castro de Sete Pías hace que la intervención sea todavía más compleja, ya que se sitúa en el límite de los ayuntamientos de Ribadumia, Vilanova y Cambados. Los dos primeros dieron permiso a los técnicos de la villa del albariño para llevar a cabo la limpieza del monte y el estudio topográfico.

"En el entorno la vegetación crecía anárquicamente y con fiereza. El mapa taquimétrico que realizamos muestra la existencia de una croa y dos terrazas orientales, aunque es solo el primer paso para saber hasta dónde llega realmente el castro. Aún no sabemos cuán grande es, pero creemos que debe ser de tamaño medio", explica Ángel Acuña, arqueólogo municipal de Cambados y responsable del proyecto.

Su idea es poder consolidar los restos, para lo que pretende "diseñar un plan director y así poder intervenir año a año", siempre en función de la capacidad presupuestaria de la administración municipal.

Un entorno complejo

La situación del castro de Sete Pías, prácticamente pegado al polígono industrial homónimo, hace que este bien patrimonial corra un especial riesgo. De ahí el interés en actuar y poner en valor los restos del poblado, ya que para su protección debe ser catalogado todo aquello que allí se encuentre.

Hasta el momento solo se sabe que bajo tierra se oculta un castro y ahora también se conoce su estructura básica, pero nada ha revelado acerca de las construcciones y objetos que atesora.

"Es una intervención compleja porque afecta a propiedades privadas, hacen falta medios económicos e implica a tres ayuntamientos", aclara Acuña. El arqueólogo de Cambados expone además la peculiaridad de este emplazamiento -aunque es común a la mayoría de castros-. "Antiguamente había que construir cerca de la fuente de recursos para levantar muros y edificios. Por eso eligieron un terreno con afloramiento de granito. Esta cantera fue explotada siglos después por vecinos de la zona que también picaron la piedra para construir sus propias viviendas y establos".

Esto ha dado un aspecto característico a Sete Pías, con "agujeros de entre 5 y 20 metros cuadrados de terreno excavados para este fin". Aunque, precisa Ángel Acuña, "esta práctica era habitual en otras épocas" y no tiene por qué haber afectado a la estructura del castro.

En cualquier caso, el gran desafío al que se enfrenta la administración local, máxime en los tiempos que corren, es el de la puesta en valor del yacimiento. "La intervención es siempre costosa económicamente hablando, pero la consolidación es lo más caro y complejo. No se puede actuar sin estar seguros de que vamos a poder mantener aquello que descubramos", argumenta.

El objetivo es evitar que suceda algo parecido a lo que aconteció en el yacimiento de Adro Vello, en O Grove, cuyas ruinas de gran valor fueron destapadas pero no conservadas, lo que generó un gran deterioro en muchos restos. Actualmente, la Diputación de Pontevedra prevé una intervención para detener este perjuicio, pero aún no ha aclarado cuándo se llevará a cabo.

En el caso del castro cambadés, la actuación para su limpieza empezó el pasado año con el trabajo realizado por los alumnos del taller de empleo que organizaba el Concello. Entonces, también se colocaron señales para ubicar el entorno del poblado.

La situación de Castrelo

Al igual que en el caso de Sete Pías, el castro de la parroquia de Castrelo se sitúa en un entorno de gran presencia humana, lo que no ayuda precisamente a su preservación.

A esto hay que sumarle la destrucción de aproximadamente una décima parte del conjunto cuando se construyó el campo de la fiesta. "En estos momentos, aparte de esta obra, el entorno se encuentra en óptimas condiciones de conservación", declara Ángel Acuña, que visita con una alta periodicidad tanto este bien patrimonial como todos los demás del municipio cambadés.

"El espacio que ocupa el castro está a día de hoy en manos de muchos propietarios particulares. Hay mucha superficie que excavar, pero nuevamente nos encontramos con la complejidad que conllevaría su puesta en valor y mantenimiento", añade el arqueólogo. De ahí que este proyecto quede parado de momento para centrarse principalmente en el otro castro localizado en la villa del albariño.

Cambados cuenta con un total de 20 bienes patrimoniales que conservar, incluyendo tesoros tan señeros como las ruinas de Santa Mariña Dozo, Fefiñáns y la torre de San Sadurniño.

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