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Las Rías Baixas completan dos semanas de inestabilidad a causa de las biotoxinas

Arousa se mantiene relativamente a salvo, con prohibiciones de extracción sobre los polígonos de O Grove -Los situados en Muros-Noia, Pontevedra y Vigo siguen cerrados

Descarga de ostra cultivada en batea, en el puerto de Cambados. // Noé Parga

En Semana Santa se registró un importante incremento de las células tóxicas. La llegada de la toxina amnésica (ASP) obligó a cerrar de golpe un buen número de polígonos bateeiros y zonas marisqueras, prohibiendo por completo la actividad extractiva en las rías de Vigo, Pontevedra y Muros-Noia. Dos semanas después la inestabilidad continúa, y si bien es cierto que la ASP se ha reducido considerablemente y va camino de desaparecer por completo, también lo es que las lipofílicas -entre las que se encuentra la toxina diarreica (DSP)- siguen en aumento.

Basten para entenderlo mejor solo dos ejemplos: en Vigo se ha levantado el cierre por ASP para el mejillón cultivado en las bateas del polígono Redondela A, pero éste sigue cerrado por el mismo motivo para la ostra, y en Arousa podría retomarse la extracción ante la desaparición de las ASP en las bateas de mejillón del Grove C4, pero deben seguir cerradas porque aumentaron las toxinas lipofílicas.

Esta alternancia entre géneros de toxicidad y la incidencia propia del afloramiento de primavera -que introduce los nutrientes y con ellos el fitoplancton portador de biotoxinas desde el Atlántico- hacen que el bloqueo sea prácticamente total en las Rías Baixas, tanto para mejillón y ostra cultivados en batea como para extracción de infaunales, o lo que es lo mismo, las especies que, como la almeja, el berberecho, la navaja o el longueirón viven enterradas en el substrato.

Lo más llamativo de todo es que mientras este episodio tóxico tradicional en esta época del año afecta con dureza a las aguas de Vigo, Pontevedra y Muros-Noia, la ría de Arousa sigue prácticamente a salvo, limitándose los cierres a los cuatro polígonos bateeiros de O Grove.

Quizás sea conveniente, después de las resoluciones adoptadas entre el viernes y el sábado por el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar), repasar la situación actual de las rías, una a una.

| Arousa. Como se explicaba anteriormente, en aguas arousanas permanecen cerrados -después de unos días de oscilaciones la semana pasada, incluso con alguna que otra apertura puntual-, los cuatro polígonos de bateas de mejillón de O Grove, al igual que está prohibida la extracción en el Grove B, destinado al cultivo de ostra.

Esto quiere decir que siguen operativos dos polígonos ostrícolas y dieciocho utilizados para el cultivo de mejillón.

En cuanto a las zonas de producción de infaunales, ahora mismo están operativas las siete delimitadas en la ría arousana.

| Vigo. En la ría viguesa la situación apenas ha variado en las dos últimas semanas, salvo por la mejoría que supone la reapertura del polígono mejillonero Redondela A y de una de sus cinco zonas marisqueras. Así las cosas, sigue prohibido extraer mejillón en once polígonos, entre ellos seis de Cangas, cuatro de Redondela y el Vigo A.

| Pontevedra. La ría pontevedresa se mantiene fiel a la tradición, y como siempre es la más perjudicada por los episodios tóxicos. De ahí que sigan cerrados sus ocho polígonos mejilloneros, cuatro de ellos desde el pasado día 6 y los demás, desde marzo.

Respecto a la labor de los mariscadores, ésta puede realizarse actualmente en solo una de las cinco zonas existente en aguas pontevedresas.

| Muros-Noia. En la ría coruñesa de Muros-Noia la situación es igual de mala, pues dispone de cuatro polígonos bateeiros y tres zonas de marisqueo, y resulta que la extracción continúa prohibida en todos los casos desde que comenzó este episodio tóxico primaveral, a principios de mes.

| Otras rías. En lo referente a las demás rías gallegas, puede decirse que Ares-Betanzos tiene sus bateas disponibles sin interrupción desde mediados de octubre pasado, mientras que continúan cerrados los parques flotantes de Baiona y Corme-Laxe.

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