Constantino Pazos vive en A Cereixeira, en la parroquia cambadesa de Oubiña, justo en el lugar donde el lunes por la noche se produjo el trágico accidente de tráfico que se cobró la vida de una joven vilanovesa de 21 años. Este vecino fue la primera persona en acudir al siniestro.
-¿Cómo ocurrió todo?
-Estaba en mi casa viendo el telediario cuando escuché un "boom" tremendo. En principio pensé en una bomba de palenque, pero lo descarté en cuanto vi que el perro no se escondía, que le tiene miedo a los fuegos de artificio. Cuando salí de casa la conductora estaba bajando del coche y le pregunté si se encontraba bien. La chica me dijo que sí, pero que tenía a una compañera dentro del vehículo. Iba de acompañante y estaba tumbada. Aunque la puerta de su lado estaba muy deteriorada, logré abrirla y le quité el cinturón, pero no la toqué. Vi que ya había fallecido. La conductora quería acercarse a su compañera. Le dije que respiraba y no le dejé acercarse al coche para nada. Yo creo que hasta que llegó la ambulancia creía que estaba viva.
-¿Llegaron rápido los efectivos?
-Sí, los primeros fueron los bomberos, y después la ambulancia.
-Según fuentes de Emergencias, la conductora declaró que se salió de la vía para esquivar a un coche que habría invadido su carril. ¿Vio usted algún vehículo en las inmediaciones?
-No. Cuando salí de casa ya había ocurrido el accidente.
-No es la primera vez que en este punto ocurre un accidente mortal. En 2011 falleció un motorista al chocar contra un poste y una tajea al otro lado de su casa, hacia Mosteiro.
-Sí. De hecho sigue habiendo una corona de flores en el poste en su recuerdo. Solo en este mes de marzo se produjeron tres accidentes. Llevo viviendo aquí veinte años y el de estas chicas ya es el cuarto o quinto coche que impacta contra la tajea; hay que quitarla de ahí. Antes de que cerrase mi propiedad con un muro, entraron a la finca tres coches y una motocicleta en salidas de vía.
-¿Qué medidas de seguridad cree que habría que tomar?
-La nueva señalización es de este año [marca al inicio de la curva, en ambos sentidos, una velocidad máxima recomendada de 50 km/hora, si bien la recta carece de señal de velocidad], pero no hay arcén ni aceras. Los peatones tienen que caminar por la carretera. Yo cuando voy a tirar la basura salgo con miedo. Construyeron aceras en esta carretera hasta unos cien metros antes de mi vivienda. Ya le envié un escrito al Ayuntamiento y otro desde la asociación de vecinos de Oubiña para reclamar aceras, pero no nos contestaron.
