El estudio de los mamíferos marinos en la ría sigue arrojando resultados positivos y conclusiones realmente sorprendentes que permiten un mejor conocimiento de los modos de vida y forma de comunicación de los delfines. A modo de ejemplo puede decirse que los arroaces tienen predilección por el entorno de las bateas de cultivo de mejillón, las cuales utilizan como si de una despensa o grandes "centros comerciales" se tratara.

Así lo atestigua Bruno Díaz, el zoólogo responsable del Instituto para el Estudio de los Delfines Mulares (BDRI), con base de operaciones en O Grove y dedicado tanto al seguimiento de delfines como de ballenas.

Después de un año de intenso trabajo, con el avistamiento e identificación de cientos de ejemplares, "hemos podido ver como los arroaces utilizan las bateas como si se tratase de grandes centros comerciales gracias a la concentración de especies de peces y moluscos existente entre las mismas", reflexiona el biólogo.

La abundancia de alimento hace que estos animales se sientan cómodos en la ría y sean abundantes, con poblaciones residentes durante todo el año. Pero tal circunstancia parece influir también en el comportamiento de estos mamíferos marinos. Como curiosidad puede decirse que han sido vistos numerosos ejemplares que juegan con la comida, es decir, que con el hocico impulsan los peces -sobre todo planos, como lenguado y rodaballo- para lanzarlos fuera del agua y volver a capturarlos, como si de un gato jugando con un ratón se tratara. "Es una técnica observada frecuentemente en estas aguas, pero no tan común en otras poblaciones de delfines", reflexiona Bruno Díaz López.