El alcalde de Vilagarcía y el presidente de la Diputación anunciaron desde el púlpito de la iglesia de Bamio las mejoras a realizar en el entorno porque fueron "invitados" por la comisión parroquial a subirse a ese espacio desde el que predica el sacerdote. Así lo asegura tanto el portavoz de este colectivo, Ramón Tubío, como los propios Tomás Fole y Rafael Louzán. Todas las versiones coinciden en que fue la comisión parroquial (presidida por el párroco Leopoldo Barreiro e integrada por propietarios de panteones del cementerio) la que convocó a ambos dirigentes del PP a una reunión en el camposanto -a las doce del mediodía- para visitar unas obras, pero finalmente el encuentro tuvo lugar en el interior de la iglesia, lo que ha generado una importante polémica a dos meses de las elecciones municipales.

El vicepresidente de la comisión parroquial, Ramón Tubío, explica que el cambio de ubicación fue improvisado, porque al salir de la misa "se levantó un aire frío y la gente prefirió que la reunión se celebrase en la iglesia, había personas mayores y niños; ese fue el único motivo, no fue una trampa a Fole y Louzán, no lo hice con malicia, pero les pido disculpas porque sé que no les gustó hacer la reunión en el templo".

El encuentro coincidía con la salida de la misa de once y media y el cura se tenía que marchar a otra parroquia. Le dejó las llaves de la iglesia a Tubío -apunta el alcalde-, saludó a Fole a Louzán y se fue. Aunque este periódico intentó sin éxito ponerse en contacto con el párroco, el número dos de la asociación, Ramón Tubío, asegura tener autorización de Leopoldo Barreiro para celebrar las reuniones de la comisión parroquial dentro de la iglesia. "Las hacemos siempre allí, no tenemos ningún problema con el sacerdote", declara el portavoz de este colectivo.

Para el presidente de la Diputación, Rafael Louzán, el debate surgido en torno a su intervención dominical desde el púlpito de la iglesia vilagarciana "es una polémica artificial". El presidente "habla desde donde le mandan", afirma su gabinete de prensa. Justifica que "hacía mucho frío fuera" e invitaron a Louzán a dirigirse a los feligreses desde "el atril", puntualizan.

El alcalde Tomás Fole, por su parte, niega que fuese a Bamio a "hacer un mitin político", sino "a informar a los vecinos". "Bajo ningún concepto se me pasó por la cabeza que a alguien le pudiese parecer mal. Allí nadie dijo lo más mínimo; no vi ningún gesto que me pudiese llevar a pensar que alguien se molestaría; en el contexto que se produjo fue de lo más indiferente", declara el regidor conservador, que "respeta" a la gente a la que le haya sentado mal su presencia en el púlpito de la iglesia. Con todo, no cree haberse equivocado. "No fue ni un error ni un acierto. No le di importancia ninguna", confiesa el alcalde conservador.

Desde el Arzobispado de Santiago, entidad de la que depende el Arciprestazgo de Arousa y por tanto la parroquia de Bamio, únicamente comentan sobre lo sucedido que la intervención de los políticos "no se produjo en el momento de la misa".

El portavoz de la comisión parroquial de Bamio, Ramón Tubío, dice tener "total libertad" por parte del sacerdote Leopoldo Barreiro para organizar los actos del colectivo dentro de la iglesia. "Pertenecemos a la Iglesia, y nos reunimos allí. El domingo, primero hablé yo desde el atril y luego invité a Louzán y a Fole a subir. No fue iniciativa de ellos", asume el vicepresidente del colectivo convocante de la reunión.