Son unas 185 piezas que recogen la historia de la provincia desde los primeros registros de ocupación humana hallados en Pontevedra (como son las lascas y piedras talladas de las Gándaras de Budiño) en O Porriño, a las nuevas creencias y tecnologías que llegaron al Finisterrae de la mano de los romanos. Es la colección arqueológica del Museo de Pontevedra, el germen que propició el nacimiento de esta entidad, al que ahora se le saca todavía más brillo en un nuevo escenario preparado al mínimo detalle para albergar el legado de los primeros pontevedreses: el renovado edificio Sarmiento.

Aunque fue inaugurado hace 19 meses y ya se encontraba abierto, este edificio del Museo de Pontevedra encontró ayer su razón de ser, el motivo por el cual fue restaurado con mimo. Alberga ya estas piezas, algunas de ellas de gran valor histórico y hasta se podría decir que sentimental, como es el tesoro de Caldas de Reis. Piezas que conforman la identidad de la provincia y que son también el germen de lo que hoy es el Museo Provincial.

Es por ello que ayer, durante la inauguración de estas salas que forman parte de la exposición permanente del Museo, la ministra de Fomento, Ana Pastor, no pudo evitar recordar a los pioneros: "Imagino la cara de satisfacción de Casto Sampedro y de los miembros de la Sociedad Arqueolóxica de Pontevedra, impulsores del Museo, al ver inauguradas unas salas como estas", explicó.

Una sensación que también comparte el presidente de la Diputación Provincial, Rafael Louzán, quien indicó que esta colección es, precisamente, una de las que él personalmente más "cariño" tiene, debido a que además está compuesta por elementos hallados en las cuatro esquinas de la provincia de Pontevedra. Desde los cuencos de Os Consellos, en Nigrán (que muestra el descubrimiento de la cerámica por parte de los pontevedreses) a los metales forjados para los guerreros, como los puñales de Codeseda (A Estrada), el hacha de Lérez (Pontevedra) o la punta de Lanza del Ulla (Catoira). Unas salas que guardan tesoros como los dos encontrados en Caldas, los más conocidos, pero también el de Agolada, los brazaletes de Lamela o el tesoro de Antas, hallado en Lugo. Una muestra en la que el visitante también se encontrará las primeras expresiones artísticas, como los petroglifos, o las pruebas de los primeros contactos con otras culturas, como los platos púnicos de A Lanzada o las fíbulas del Castro de Alobre, en Vilagarcía.

La sala 1 muestra este paso de nómadas a sedentarios por parte de los pontevedreses, la sala 2 se sumerge en la cultura castrexa y la sala 3, bajo el título "Llegaron del este", muestra la guerra, los pactos y los cambios que se produjeron en este territorio debido a las diferentes invasiones, especialmente la de los romanos. Comienzan a aparecer los altares a nuevos dioses como Mercurio (estatuilla de As Neves), las primeras monedas romanas, ánforas de vino, los miliarios y las primeras inscripciones en latín, así como nuevas creencias y nuevas formas de enterramientos. Es así como el visitante puede acercarse a este nuevo mundo funerario contemplando incluso un enterramiento de adulto y un niño que proceden de A Lanzada, o las estelas funerarias halladas en Padrón, Araño (Rianxo) o Iria Flavia, u observar la placa funeraria que recuerda la memoria de Titus Cananius Marcellianus, hallada en Mos.

El "caldero de Panoramix"

La inauguración de estas salas permitirá al visitante reencontrarse con muchas de las piezas ya conocidas de la vasta colección arqueológica del Museo, pero también brinda la oportunidad de encontrarse con algunas que se exponen por primera vez, como un caldero de bronce hallado en el Monte do Castro de Ribadumia y que los arqueólogos vinculan con usos rituales. Una suerte de "caldero de Panoramix", el conocido druida de Asterix y Obelix, tal y como bromeó el arqueólogo del Museo con la propia ministra Pastor.

Una muestra que, en algunos casos, incluye réplicas de las herramientas o las armas que están expuestas para que el espectador pueda tocarlas y experimentar su manejo. Con todo, estas tres salas solo pueden acoger un 7% de los fondos arqueológicos que custodia el Museo.

Edificio Casto Sampedro

Rafael Louzán explicó que con la apertura de estas salas de arqueología la remodelación de los edificios del Museo queda "prácticamente terminada". No obstante, señaló que "los edificios se van deteriorando y ahora la Diputación tiene, nada más y nada menos, que 1,5 millones de euros desde el año 2014 para invertir en la rehabilitación del edificio Sampedro" que necesita mejoras especialmente para modernizar su instalación eléctrica y la renovación de sus pisos de madera. "El proyecto está terminado y ahora estamos intentando agilizar los trámites y que nos den el permiso para realizar esa obra cuanto antes". El presidente de la Diputación recordó que además están en marchas las obras para consolidar las ruinas de Santo Domingo. "Creo que esta institución hizo una apuesta por convertir a Pontevedra en una capital cultural de verdad", remachó.