El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente publicó ayer en el Boletín Oficial del Estado las nuevas condiciones del seguro de acuicultura marina que se planta para el mejillón de las bateas de Galicia, integrado en el Plan de Seguros Agrarios Combinados para el ejercicio 2015. Pero los mejilloneros ya muestran su escepticismo e incluso rechazo, pues "llevan más de treinta años intentando colarnos un seguro que en absoluto se ajusta al día a día de nuestras bateas".

Entienden los productores que "ese seguro 'oficial' no está diseñado de acuerdo con la realidad de nuestro sector, pues incluso determina una fecha de venta del producto cuando todo el mundo sabe que el mejillón se vende cuando se puede o cuándo hay demanda".

Es por ello que "preferimos negociar con empresas privadas, pues a la postre la compañía con la que trabajamos prácticamente todos resulta mucho más barata y más eficaz que la del Gobierno central".

Esta póliza que el sector parece rechazar de manera abrumadora establece las características de las explotaciones asegurables (bateas), las condiciones técnicas mínimas de explotación y manejo que se requieren para acceder a posibles indemnizaciones, el período de garantía y el valor de la producción de los mejillones, entre otros aspectos.

En este último caso, para calcular el valor de la producción y las indemnizaciones se establece un valor mínimo de 0,30 euros por kilo para el mejillón comercial o de cosecha, con un valor máximo de 0,90 euros; mientras que la mejilla (cría) y el mejillón de desdoble tienen un valor mínimo asegurable de 0,15 euros por kilo, con un máximo de 0,25.

Igualmente se fijan 0,13 euros por kilo de mejillón comercial o de cosecha como valor de compensación por la garantía de pérdidas y gastos de devolución a la batea de origen.

Para calcular en la póliza las posibles indemnizaciones también se establece una producción media para cada polígono bateeiro, que va desde las 49 toneladas del Cambados A hasta las 115 toneladas del Pobra G, 108 en el Ribeira C y las 90 toneladas del Muros A, pasando por 94 en el Sada B, 94 en el Corme B y 71 en el Redondela D.

Son solo algunos ejemplos, ya que hay medio centenar de polígonos repartidos por todas las rías gallegas. Con las producciones más bajas aparecen en la estimación el Cangas A, con 19 toneladas; el Bueu A, con 16; y el Cangas B, con 21 toneladas de mejillón.

La producción media estimada para cada polígono está ligada a la "zona de riesgo" en la que se sitúen. En este sentido, el Gobierno fija "cinco grupos correspondientes a las áreas geográficamente delimitadas para el riesgo de 'mareas rojas', según la información facilitada por la Consellería do Medio Rural e do Mar", e incluso establece "subzonas", es decir, áreas "que comprenden las distintas cuadrículas o bateas en que se dividen las rías a efectos de cierres por biotoxinas".

Asimismo, la "capacidad productiva" que contempla la póliza se refiere a "la producción que podría obtenerse en cada batea de acuerdo a sus condiciones normales de carácter estable, climático y cultural, tanto presentes como previas, conforme a la naturaleza del objeto asegurado y con sujeción a lo dispuesto en el contrato de seguro".

En resumen, que pueden acceder al nuevo seguro, de forma voluntaria, todas las bateas "instaladas en aguas marinas de Galicia" y "destinadas a la producción de Mytilus galloprovincialis", pero sus titulares insisten en que "las condiciones establecidas son tan farragosas como ineficaces".

Los interesados, que al parecer son "muy pocos", deben disponer de la pertinente concesión o autorización administrativa en vigor y contar con un sistema de vigilancia zoosanitaria, libro de registro y de trazabilidad, entre otras "obligaciones relativas a los requisitos zoosanitarios de los animales y de los productos de la acuicultura, así como a la prevención y el control de determinadas enfermedades de los animales acuáticos".

Pero eso no es todo. Los bateeiros tienen que "emplear densidades de siembra en cría y desdoble acorde al destino y tamaño del mejillón; limpiar periódicamente las algas en la zona superior de las cuerdas; utilizar los equipos necesarios para el desarrollo de la explotación y manejo del mejillón; mantener la batea en condiciones adecuadas, mediante revisiones y empleo de los tratamientos necesarios, así como la utilización de cuerdas y palillos en buenas condiciones de uso; y cumplir las normas sanitarias básicas", entre otras muchas obligaciones. Y es que "en caso de deficiencia en el cumplimiento de las condiciones técnicas mínimas y de manejo, la Agrupación Española de Entidades Aseguradoras de los Seguros Agrarios Combinados (Agroseguro) reducirá la indemnización en proporción a la importancia de los daños derivados de la misma y el grado de responsabilidad del asegurado".

A mayores se comunica que "el incumplimiento grave de las condiciones técnicas mínimas de explotación y manejo tendrá como consecuencia la pérdida del derecho a la indemnización, produciéndose la suspensión de las garantías en tanto no se corrijan las deficiencias". E incluso "se permitirá a Agroseguro o a los peritos que designe, la inspección de los bienes asegurados, en todo momento, facilitando la entrada y acceso a las diferentes instalaciones de la explotación".