La Xunta de Galicia declaró el pazo de Fefiñáns como Ben de Interese Cultural en septiembre de 2012. Esto conllevó que los propietarios empezasen a ofrecer visitas guiadas gratuitas un día a la semana. Las primeras se hicieron en 2013, y desde entonces más de medio millar de personas aprovecharon la oportunidad de visitar gratuitamente tanto el interior de la edificación como de su huerta.

La mayor parte de las visitas se registraron en 2014 (unas 420) y un gran número de personas que acudieron los martes (que es el día de puertas abiertas) fueron vecinos de Cambados que deseaban conocer por dentro el monumento más importante de su localidad, o de poblaciones próximas, como Pontevedra o Vigo.

La actividad es guiada, dura en torno a una hora, y los participantes tienen la oportunidad de ver desde algunas de las estancias más espectaculares del pazo hasta los jardines y el bosque que circundan las murallas de la casa. Para asistir se pide una inscripción previa y por lo general se establece un cupo de 10 personas por día. Un cupo que en 2014 se llenó muchos martes, teniendo en cuenta que durante los meses de julio y agosto no se hacen visitas gratuitas.

También extranjeros

Una decena de amigos, residentes en Santiago de Compostela y Ferrol descubrieron ayer algunos de los rincones arquitectónicos y naturales más destacados de Fefiñáns. El resto de días de la semana el pazo organiza visitas guiadas, de entre una y dos horas de duración, y con una entrada que oscila entre los 5 y los 14 euros por persona, dependiendo del tipo de actividad escogida por los visitantes.

Marisa de la Iglesia Gil, que es la coordinadora de las visitas, explica que la más habitual es aquella que incluye un paseo por los salones principales del pazo, la huerta, los viñedos, el bosque y la destilería, y que termina con una cata de vino Rías Baixas. Aunque también se puede optar por un recorrido más detenido por el interior del pazo, y que termina en la torre mirador.

En 2014 el pazo recibió a unas 3.600 personas. La mayoría eran españoles (destacaron los turistas procedentes de Asturias, Cataluña o Madrid), pero también hubo grupos de Italia, Estados Unidos o incluso Australia.

Según Marisa de la Iglesia Gil, una de las dependencias que más gusta a los viajeros del interior de la casa es el conocido como "Salón del papel pintado", cuyas paredes están decoradas con un papel del siglo XVIII, con un diseño inspirado en la India, y que un miembro de la casa, que fue embajador en Rusia, había comprado en París. Está considerado el salón principal del pazo, y era el lugar en el que los propietarios recibían las visitas. Ya fuera, la guía apunta que el pasillo de bojes centenarios "impresiona mucho" a los turistas, al igual que los robles o un fresno de 200 años que está incluido en el Catálogo de Árbores Senlleiras de Galicia.

En palabras de Marisa de la Iglesia, el bosque gusta mucho a los viajeros "porque es como entrar en otro mundo". Finalmente, el pazo recibió a unas 60 personas el pasado año en el marco del "Bus do Viño" organizado en verano por la Ruta do Viño Rías Baixas.