Al amplio operativo de búsqueda de los dos náufragos desaparecidos tras el hundimiento del bateeiro "Paquito nº2" se sumaron los pescadores deportivos que cada domingo acuden a la captura del chopo o del pulpo en aguas de la ría de Arousa. Aún así no hubo suerte por lo que vecinos y familiares depositan enormes esperanzas en la inmersión que está previsto que realicen esta mañana los buzos del cuerpo especial de los Geas que harán un rastreo con un sónar circular en todo el perímetro del pecio localizado el miércoles pasado a 2,5 millas de la isla de Sálvora, frente a Corrubedo.

Hoy se cumplen siete días del hundimiento. Empieza una semana crucial para la localización de José Antonio Hermo y Santiago Blanco, según la teoría de que una persona ahogada vuelve a flote entre el séptimo y el noveno día.

En caso de que no fuese así, el próximo jueves podría suspenderse la búsqueda hasta el día 19 o 21 del naufragio, es decir antes de Reyes.

Pero las familias tienen esperanza de que las noticias lleguen pronto, pues en fuentes de los servicios de emergencia subrayan la posibilidad de que los cuerpos hayan podido quedar atrapados por el pecio que se encontró "quilla abajo" a unos 38 metros de profundidad y a solo 300 metros del lugar en el que apareció la tolva que transportaba las 18 toneladas de mejillón para desdoble.

Con todo, durante todo el fin de semana se peina cada cabo, cada golfo, las playas, las rocas... El alcalde de Boiro, José Juan Dieste Ortigueira afirma que ayer se recorrió todo el litoral con especial atención "a las tres o cuatro zonas históricas a las que llegan restos de los barcos, como son Espiñeirido, Balieiros y zonas rocosas de Sagres y Sálvora".

Precisamente, ayer se dibujaron seis zonas de búsqueda por tierra, además de la vigilancia por mar y del helicóptero Pesca I que sobre todo se centraron en las inmediaciones del punto de hundimiento del buque bateeiro, de 18 metros de eslora.

Explican fuentes de Protección Civil de Ribeira que se marcaron cuadrículas de vigilancia de modo que una cuadrilla inspeccionó desde Xuño (Porto do Son) a Aguiño, otra en Couso hasta la playa de O Vilar; también de Ladeira al cabo de Corrubedo; otra desde el faro hasta Teira y Balieiros; una más desde este último punto hasta Laxe Brava y Espiñeiro; la siguiente hasta la granja de rodaballo y la última hasta el campo de fútbol.

No hubo suerte tampoco, como ocurrió el sábado, día en el que solo se encontró uno de los flotadores cuadrados pertenecientes al buque, a eso de las nueve y media de la noche. Ayer no hubo ni la más mínima señal que ayude a la localización de los dos desaparecidos.

Entretanto, la resignación y el cansancio empiezan a cundir en el ánimo de los familiares. "Solo tienen esperanzas en que aparezcan los cuerpos, y mejor antes que tarde", expone el alcalde boirense.

Dieste confía en el día de hoy, tanto por la presencia de los GEAS, como por las condiciones del mar y las expectativas del día.

"El agua está calma y a una temperatura de 13 grados en la costa y a diez en el interior, el pronóstico es de que sea un día claro como hoy -por ayer- y se espera marea baja".

Esta circunstancia de que la marea baje, explican en Protección Civil, va a permitir ampliar el área de búsqueda y por tanto se abren posibilidades de divisar los cuerpos en algún lugar.

"Se trata de una zona muy escarpada, con muchos acantilados, creo que una de las más difíciles de Galicia donde el mar bate con tremenda fuerza", explica el alcalde cuando habla de las dificultades del operativo y la tregua que dará el tiempo en las próximas horas.

Cabe recordar que el barco patroneado por Germán Fernández Triñanes, cuyo cadáver se localizó el miércoles a siete millas y media del pecio, salió desde Cabo de Cruz en dirección a Aguiño la pasada semana. Se trataba de una travesía de cuatro horas de duración que se realizó en unas condiciones difíciles "con mucho mar de fondo" y olas de tres y cuatro metros.

Según las primeras hipótesis, una ola pudo provocar la caida de la tolva y desequilibrar luego el barco, en cuyo puente de mando se resguardaban las tres víctimas.

Los familiares de los náufragos explicaron que se trataba de una travesía que los tres marineros realizaban con frecuencia. "Incluso llevaban el bocadillo y la plancha para hacer más ameno el viaje", aseguran en fuentes consultadas.

Cumplida una semana, el objetivo de las familias es localizar los cadáveres al menos para que la familia pueda recibir la indemnización y las pensiones que les correspondan.

En fuentes municipales subrayan que de todos modos parece que hay buena voluntad por parte del ISM (Instituto Social de la Marina) que podría acelerar alguna de las ayudas que les pudieran corresponder, sin olvidar la responsabilidad que asuma el seguro.