Un helicóptero de Salvamento Marítimo localizó sobre las 16,30 horas de ayer el cuerpo sin vida de uno de los tres tripulantes del Paquito Número Dos, el barco bateeiro que naufragó el martes por la tarde muy cerca del faro de Corrubedo, en el término municipal de Ribeira. El fallecido es Germán Fernández Triñanes, "Mosquete", que era el patrón del buque.

La localización del cadáver se produjo apenas 15 minutos después de que los buzos que se sumergieron en la zona de búsqueda encontrasen el barco, hundido a unos 38 metros de profundidad y a una milla aproximadamente de la costa. Los submarinistas entraron en el puente de la embarcación, pero lo encontraron vacío.

La búsqueda continuará hoy con medios aéreos, marítimos y terrestres pero se ampliará sensiblemente el radio de acción, habida cuenta del lugar donde apareció flotando el cuerpo de Germán Fernández Triñanes, entre las islas de Sagres y Sálvora, a entre tres y cuatro millas del lugar del naufragio.

El Paquito Número Dos es un barco mejillonero de hierro de 19 metros de eslora, construido en 1993, y salió a mediodía del martes desde Cabo de Cruz hacia Muros con un cargamento de unas 15 toneladas de mejillón. Además de Germán Fernández Triñanes iban a bordo Santiago Blanco Treus, de 47 años, y Juan Antonio Hermo Torrado, de 38, todos ellos vecinos de Cabo de Cruz (Boiro).

Los trabajos de rastreo empezaron a primera hora de la mañana. En un primer momento estaba previsto que el grueso del operativo se desarrollase de Corrubedo hacia el sur, pero finalmente la búsqueda se centró un poco más al norte del faro gracias a una nueva pista, ofrecida por un hombre que vive en la zona y que es vigilante de Cabo de Cruz. Éste había salido a pescar desde costa el martes y sobre las 14,30 horas vio el Paquito Número Dos en travesía hacia el norte a la altura de un lugar conocido como As Teiláns. Este hombre llevó a los equipos de búsqueda en su lancha y les indicó el punto exacto donde había visto el buque.

Así las cosas, los medios de salvamento de la Xunta de Galicia y del Ministerio de Fomento centraron su trabajo casi en exclusiva en ese lugar. Había media docena de embarcaciones, apoyadas por un helicóptero y una avioneta. Mientras, por el entorno de Aguiño se encargaban de la búsqueda varias embarcaciones mejilloneras y de la cofradía de Cabo de Cruz.

El ambiente era muy tenso y reinaba un silencio casi absoluto en la explanada situada a los pies del faro. Más de 200 personas se concentraron para presenciar el operativo, y entre ellas se encontraban varios familiares de los náufragos, que recibieron muestras de cariño de numerosos vecinos y el apoyo de una unidad de la Cruz Roja especializada en este tipo de situaciones.

Las primeras esperanzas llegaron con la noticia de que se había avistado una mancha de aceite, un cabo y un rizón en la zona que había señalado el vigilante de Cabo de Cruz. Desde superficie se comprobó que el cabo estaba anclado al fondo, lo que se interpretó como un indicio de que el Paquito Número Dos podría estar hundido allí.

Sin embargo, no era así. Los buceadores se sumergieron por primera vez sobre las 14 horas. Estaban movilizadas dos unidades, una de la Guardia Civil y otra adscrita a Salvamento Marítimo, con un total de 10 miembros. Lo que vieron al sumergirse fue que el cabo estaba atado a la tolva del bateeiro (una gran estructura en forma de embudo donde se transporta la mercancía), y en la zona se encontraron también restos de la carga de mejillón.

Pero los buzos hicieron una segunda inmersión con el convencimiento de que el barco no podía estar demasiado alejado de la tolva, y ampliaron el radio de acción. En esta ocasión la búsqueda sí dio resultado, y sobre las cuatro de la tarde el presidente de Protección Civil de Ribeira, Francisco Sánchez comunicó a los familiares de los desaparecidos que había aparecido el pecio.

Pero apenas un cuarto de hora después Sánchez recibió otra llamada de Salvamento Marítimo, en la que le indicaban que uno de los helicópteros que estaban participando en la búsqueda había localizado un cuerpo flotando en mar abierto, entre las islas de Sagres y Sálvora. Mientras, una de las embarcaciones que participaban en la búsqueda fue a recogerlo y apenas diez minutos más tarde la central de coordinación dio aviso a los familiares de los náufragos de que fuesen hasta el muelle de Corrubedo, indicándoles que sería allí donde se procediese a la identificación y levantamiento del cadáver.

Los parientes de los náufragos salieron a toda velocidad hacia el pueblo, pero una vez allí esperaron en vano más de una hora, puesto que después les indicaron que fuesen hasta el puerto de Ribeira. Una vez allí fue uno de los hermanos de Germán Fernández Triñanes quien subió al barco de la Guardia Civil para identificar el cuerpo pues conocía a los tres desaparecidos, y constató que se correspondía con el de su hermano. El levantamiento del cadáver se produjo a las 18 horas, siendo trasladado hasta el tanatorio de Ribeira.