Bateeiros, cofradías, lonjas, depuradoras y, en general, todos aquellos sectores, negocios o industrias que dependen del mar se preparan para la aplicación del nuevo etiquetado impuesto por la Unión Europea, referido al conjunto de productos alimenticios y que entró en vigor ayer. En algunas villas se anuncia la colaboración con la Xunta para reforzar el control ante esa nueva normativa de trazabilidad alimentaria. En el Concello de Ribeira, por ejemplo, se activó un dispositivo policial para garantizar el correcto funcionamiento de la lonja a partir de hoy.

La nueva reglamentación ofrece dudas a la mitilicultura, y en especial a los bateeiros, ya que denuncian que se elimina la identificación de la especie y el origen en el enlatado del producto, es decir, en la industria conservera. Aunque también es cierto que cabe la posibilidad de corregir este aspecto en el plazo de tres años, cuando se revisará el reglamento.

La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan) asegura que esta normativa "consolida y actualiza la legislación en materia de etiquetado" con el propósito de lograr "un alto nivel de protección de la salud de los consumidores y garantizar su derecho a la información, para que tomen decisiones con conocimiento de causa".