Con las instalaciones de Vista Real totalmente homologadas y a punto de iniciarse la remodelación interior de la planta baja del pazo, el Concello de Vilanova ya trabaja en un proyecto de formación que va a ser pionero en la comarca de O Salnés. Este proyecto no es otro que la puesta en marcha de un Obradoiro de Emprego centrado exclusivamente en la formación en diferentes especialidades agrícolas, con el fin de aprovechar las características con las que cuentan las 39 hectáreas de superficie que rodean el pazo de Vista Real.

El edil de Traballo, Javier Tourís, reconocía ayer que el objetivo que se persigue con la puesta en marcha de este taller es "formar a jóvenes que puedan beneficiarse posteriormente de las oportunidades que ofrece el autoempleo, convirtiendo la agricultura en un medio de vida". El programa, que se solicitará en el mes de diciembre, contará con tres módulos de diferentes especialidades agrícolas con el fin de "aprovechar cuestiones como el invernadero, la plantación o la gran cantidad de especies florales con las que cuentan las dependencias de Vista Real". Insiste Tourís que el objetivo que se ha marcado el Concello de Vilanova es convertirse en pionero en este tipo de formación reglada en el ámbito de la agricultura. Es más, no se descarta que, más allá del obradoiro, se apueste por un proyecto mucho más amplio, relacionado con la formación continua y reglada, algo que se impartiría en las instalaciones del propio pazo de Vista Real y no en el edificio anexo.

El propio taller, de ser concedido por la Consellería de Traballo, podría servir para inaugurar esas instalaciones, ya que se espera que las obras comiencen en las próximas semanas. El Concello cuenta con una subvención de 150.000 euros para remodelar íntegramente la planta baja y adecuarla a las necesidades de un módulo de formación, uno de los objetivos para los que se adquirió el pazo a finales de 2010, aunque se está aguardando a contar con la autorización de Patrimonio para comenzar con las mismas.

El pazo de vista Real fue adquirido por el Concello de Vilanova a través de una subasta impulsada por la Agencia Tributaria. Por la adquisición de las dependencias del pazo, que había pertenecido a la familia Charlín Pomares, el Concello tuvo que desembolsar poco más de un millón de euros. Los objetivos principales que se marcaban para la adquisición del pazo pasaban por convertir este emblemático pazo en un espacio público y destinarlo a la formación y a la construcción de un centro de día en sus terrenos.