San Lourenzo de Nogueira (Meis) es el único lugar de la comarca en el que se extrae resina de pino, y la campaña está a punto de finalizar. Los emprendedores que venden la savia de los árboles a una empresa de Segovia prevén recoger los depósitos en unos diez días, en cuanto vuelva a llover, y calculan que a lo largo de los dos últimos meses habrán recogido unas tres toneladas de resina extraída de 1.600 pinos.

La trementina es una sustancia que se utiliza para fabricar desde colas hasta impermeabilizantes, pasando por disolventes o pastillas para hacer fuego. Su extracción es muy tradicional en la Meseta española, mientras que en Galicia es una actividad muy minoritaria. En San Lourenzo de Nogueira empezó a hacerse este verano con un carácter experimental.

A punto de terminar el ensayo, los "resineros" hacen un balance positivo del mismo. "Calculamos que obtendremos unos dos kilos de resina por pino y nos parece que está bien teniendo en cuenta que solo hemos podido trabajar unos dos meses y que nos llovió bastante", afirma el promotor de la idea, José Luis Torres, un hombre de 63 años natural de Zacande (Meis), pero actualmente afincado en Pontevedra.

Torres está convencido de que la extracción de resina de pino "es una actividad con futuro, siempre y cuando se involucren un poco las administraciones públicas y las comunidades de montes", y confía tanto en la iniciativa puesta en marcha entre él y un socio que pretende repetir en 2015, pero en una superficie forestal mayor. "Vamos a hablar con más comunidades de montes porque esto es una actividad que no afecta al crecimiento del árbol y que ayuda a tener un poco más limpio el monte y a prevenir incendios", añade.

Una idea casual

José Luis Torres asegura que la decisión de recoger la resina del pino se le ocurrió de forma casi casual. "Soy de los que van mucho al monte a por setas y un día vi cerca de mi casa un pino que estaba lleno de resina. Entonces recordé que antes se aprovechaba y me pregunté que pasaría ahora". Buscó entonces información a través de internet y encontró los datos de una empresa de Segovia (Castilla y León) que la recogía.

Torres se puso en contacto con ellos y descubrió que apenas existen "resineros" en Galicia, por lo que creyó que aquella podría ser una actividad rentable. Encontró un socio, y ambos hablaron con algunas comunidades de montes de O Salnés y la comarca de Pontevedra, como son las de San Lourenzo y Romai, en Portas.

Ambas aceptaron, pero los emprendedores solo pudieron colocar los depósitos en la de Meis porque para iniciar la explotación se necesita antes una aprobación en asamblea de cada comunidad, y la de Romai no llegó a tiempo para trabajar en verano, que es cuando el pino "llora" o "sangra".

Tampoco pudieron empezar cuando querían en San Lourenzo, puesto que la Xunta les pidió en primavera un proyecto, cuando ya habían "descascado" los árboles en los que iban a trabajar. Así las cosas, la autorización definitiva no les llegó hasta finales de julio y cuando contaban con empezar la extracción apareció la lluvia. "Al llover los depósitos desbordan y se pierde la resina", explica el promotor de la idea. Aún así siguieron adelante, y ahora afrontan el final de la campaña satisfechos con el resultado. "La experiencia está siendo muy positiva porque si en solo dos meses hemos conseguido casi dos kilos de resina por pino es que puede ser una actividad rentable. Y desde luego hay demanda", apunta Torres.

En 1.600 pinos

El acuerdo con los comuneros de San Lourenzo contemplaba la cesión de unas dos hectáreas de terreno en las cuales había unos 3.000 árboles. Pero los "resineros" solo utilizaron unos 1.600 debido al carácter experimental de la campaña de este año y a las exigencias burocráticas que les obligaron a retrasar el comienzo de la extracción hasta bien entrado el verano.

José Luis Torres está convencido de que su idea tiene futuro. "A partir de 5.000 pinos por hombre puede ser un negocio rentable aunque solo diese dos kilos de resina cada uno", plantea. Las empresas que compran esta sustancia pegajosa suelen pagar por ella sobre un euro el kilo, lo que significaría unos ingresos mínimos de 10.000 euros para una persona que se encargase de recoger la trementina de unos 5.000 árboles.

Éstas también cobran una cantidad que se pacta en concepto de "alquiler" del pino, y que en el caso de San Lourenzo este año fue de 10 céntimos por ejemplar. La otra ventaja para los propietarios es que se limpian ciertas zonas del mismo y que los "resineros" pasan en el monte parte del día, con el efecto disuasorio para los incendiarios.