Juan Carlos Outón González y su familia comentaban ayer, mientras almorzaban, los daños que las incesantes lluvias estaban causando en sus viñedos. Pero después de toda la mañana lloviendo sin parar, como en días previos, fue llegar el postre y desaparecer las nubes. En ese instante, como ocurrió en tantos otros hogares con pequeñas plantaciones, los Outón se pusieron la ropa de faena, cogieron las tijeras y las cestas y dieron por iniciada la vendimia.

Esta situación se vivió en Lois (Ribadumia), pero como queda dicho se repitió ayer en los viñedos de otros municipios de O Salnés y, a buen seguro, en muchas otras zonas vitivinícolas de Galicia.

El miedo a perder toda la cosecha era importante, de ahí que ver el sol y empezar a vendimiar fuera casi lo mismo en este tipo de bodegas familiares y/o artesanales.

Las grandes empresas vinícolas, con mucho mayor margen de error, una importante cantidad de proveedores de uva y con todo más atado de principio a fin, pueden "jugársela" y permitirse el lujo arriesgar al máximo, de ahí que la mayoría prefieran esperar a mediados de la semana que viene para empezar las labores de recolección.

Pero los pequeños viticultores, los que venden escasas cantidades de vino o incluso lo elaboran para consumo propio, no pueden arriesgarse a perder todo lo que tienen, sobre todo cuando la botritis está empezando a causar estragos, como lo hicieron meses antes en estas plantaciones domésticas plagas como el mildiu o el oidio.

"Tenía muchos racimos secos a causa del mildiu y empezando a pudrirse, por eso no quisimos esperar más y en cuanto vimos que salió el sol nos pusimos manos a la obra", explica Juan Carlos Outón González, acompañado bajo la parra por su mujer, su hijo y su nuera, que estudió enología en Cambados y ahora ayuda a la familia a elaborar su propio vino.

"Debería recoger alrededor de 5.000 kilos de uva, pero con las pérdidas sufridas tendré que conformarme con alrededor de 3.000 kilos", lamenta Juan Carlos Outón. Lo sabrá mañana por la tarde, que es, si el tiempo lo permite, cuando pretende terminar la recolección en estos viñedos familiares, que también son protagonistas, como las grandes plantaciones, de la vendimia 2014 en O Salnés.