Históricamente el sector marisquero ha denunciado episodios de mortandad de bivalvos, sobre todo almeja y berberecho. Y son muchas, quizás demasiadas, las incógnitas que se abren en torno a las posibles razones, pero por ahora resultan insuficientes las respuestas. El furtivismo o las capturas irregulares son siempre una de las causas probables, y no es extraño, teniendo en cuenta los continuos operativos que se llevan a cabo en las diferentes rías para acabar con esta lacra. Ayer, sin ir más lejos, Gardacostas identificó a 17 furtivos en la ría de Arousa y a 16 en la coruñesa de O Burgo. Asimismo, de un tiempo a esta parte se alude a las posibles consecuencias de las obras del Tren de Alta Velocidad (TAV), si bien es cierto que por ahora los informes de seguimiento conocidos niegan cualquier afección de los trabajos sobre el cauce fluvial. Y tampoco hay que olvidar que lo peor pasó hace un par de años, cuando se trabajó dentro del agua, ya que en la actualidad se hace sobre la estructura férrea.

La ceniza arrastrada al mar -tras grandes incendios-, el cambio climático, los calores del verano, las lluvias del invierno y las bacterias son otras hipótesis, pero como queda dicho, nada está claro aún.