El Instituto Social de la Marina (ISM) empezó a remitir esta semana la contestación a las alegaciones presentadas por un grupo de mariscadores a flote, que pedían que no se les obligue a portar en sus embarcaciones un botiquín médico. La administración rechaza dichas alegaciones, de modo que a partir de ahora los marineros tendrán que comprar el botiquín del tipo C y darlo de alta, pues los inspectores ya van a exigir que los lleven en las planeadoras.

Una situación duramente criticada por una parte del sector. Lino Díaz, que está en la directiva de mariscadores a flote y de la xunta xeral de la cofradía de Vilanova mostraba ayer su malestar con la postura del ISM. "Los que trabajan en el río están exentos porque la administración dice que trabajan cerca de la orilla. Pues nosotros también estamos cerca de tierra. Pero es que además siempre faenamos en grupo y con una lancha de vigilancia de la Xunta o de la cofradía cerca... ¿Para qué necesitamos el botiquín? Si tenemos un golpe grande no nos vamos a poner a abrir el botiquín, ya nos trasladan para tierra", declaró ayer.

Lino Díaz sostiene que esta decisión del ISM perjudica económicamente a un sector ya muy castigado. "El botiquín cuesta ciento y pico euros y por encima después tendremos que renovar el material porque nos harán una inspección anual. Vamos a llegar a un punto que no podremos aguantar más porque nos están quemando a tasas. Nos piden lo mismo que a una embarcación grande".

Así las cosas, el mariscador de Vilanova -que forma parte del grupo que ganó las elecciones en la cofradía de este puerto- insta a los directivos de las agrupaciones de "rañeiros" a que muevan ficha. "Tenemos que juntarnos para que por lo menos nos escuchen y tengan una reunión con nosotros. El director del ISM en Madrid tiene que reunirse con nosotros para llegar a un acuerdo porque no es normal que a nuestro sector se le impongan las cosas sin escucharnos antes siquiera".

Díaz también pide a los nuevos patrones mayores y cabildos que "tomen cartas en el asunto y no hagan como los que se fueron, que decían a todo que amén". Finalmente, el vilanovés se quejó de la tasa de faros -ya que los mariscadores a flote no trabajan por las noches- y pide que se simplifique más la burocracia.