En tan solo dos meses, la Cofradía de A Illa ha visto como uno de sus principales bancos marisqueros, en el que se acostumbra a faenar durante el verano, se cerraba a la extracción por la presencia de toxinas lipofílicas en el agua. Esta decisión ha supuesto un duro golpe para los mariscadores y ha obligado a la Cofradía a derivar los trabajos a otra zona que ya se encuentra sobrexplotada, la que se encuentra entre la punta de Xastelas y la playa de Lavanqueira. La Cofradía celebró ayer una asamblea para decidir si mantenía la actividad de extracción en esta última zona y se arriesgaba "a ver como se cierra y perdemos otro día de trabajo, como ocurrió el pasado jueves, en el que la comercialización del marisco quedó paralizada", explica el patrón mayor Juan José Rial Millán.

Reconoce Rial Millán que "tenemos el temor de que nos pase exactamente igual pese a que esa zona no ha cerrado nunca en los últimos años, pero vista la virulencia de este episodio, todo es posible". La decisión de continuar trabajando en ese entorno mientras se mantiene el cierre cautelar en toda la Zona II de la ría de Arousa (la situada en la zona suroeste de A Illa) abre otro inconveniente para el pósito ya que "en este punto ya trabajamos durante el cierre anterior, por lo que creemos que solo vamos a tener actividad para tan solo cinco o seis días, y si en ese tiempo no se abre la Zona II, nos vamos a encontrar con un problema muy grave".

Además de decidir continuar trabajando en el entorno de Punta Xastelas, los marineros también expresaron durante la asamblea su malestar con la Consellería do Mar por lo ocurrido el pasado jueves, cuando se paralizó la comercialización de todo el marisco extraído. No en vano, las pérdidas que le ha podido causar a la Cofradía la decisión "ascenderán a unos 50.000 euros aproximadamente, a lo que hay que sumar que la gente perdió un día de mar, gasolina y otros muchos perjuicios".

El pósito ha solicitado la devolución de todo ese marisco para sembrarlo en una zona acotada aunque, hasta el momento, a A Illa solo han regresado 60 kilogramos de uno de los lotes que partieron de la lonja isleña hacia las depuradoras que lo adquirieron. "Hay un lote que en los análisis que se le realizaron tras su paralización dio negativo y ha podido comercializarse, otro ha regresado, pero del resto no sabemos absolutamente nada pese a haber solicitado su devolución".

La Cofradía de A Illa no es la única que se encuentra en esta situación, ya que otras del norte de la ría, como Aguiño o Ribeira también están afectadas.

Pero donde se está notando con mayor virulencia el episodio tóxico es en los parques de cultivo de mejillón. En la ría de Arousa se encuentran cerrados a la extracción todos los polígonos dedicados al cultivo de mejillón, lo que supone un nuevo golpe para un sector que se está acostumbrando demasiado a sufrirlos, después de los constantes episodios que están sufriendo las aguas gallegas. En estos momentos, en toda la costa de la comunidad autónoma solo se permite la extracción de mejillón en seis polígonos mejilloneros, dos situados en la ría de Ares-Betanzos (Sada 1 y 2) y cuatro en la de Vigo (Redondela B, C, D y E).

En los análisis realizados en los últimos días por el Instituto Tecnolóxico de Control do Medio Mariño (Intecmar) de Vilaxoán, continúan realizándose los pertinentes análisis para ver la evolución de la presencia de toxinas lipofílicas en el agua, pero ayer no se registró ningún cambio sustancial.