La jornada electoral en Cambados fue larga, pero no terminó al finalizar el recuento. Fuentes solventes consultadas por este periódico indican que sobre las 3 de la madrugada la Policía Local vio que la verja exterior de entrada al pósito estaba abierta de par en par, y al acercarse a la puerta batiente de cristal comprobaron que ésta también abría, al tener un sistema de apertura automático cuando se aproxima alguien.

El patrón mayor en funciones, Benito González lo niega. Asegura que el sábado se quedó con el personal de la cafetería, y que fueron los últimos en marcharse, sobre las 23.15 horas. Según él, la verja quedó abierta en efecto (dice que incluso se pudo abrir accidentalmente con el mando a distancia de otra persona), pero que la puerta sí estaba cerrada, de modo que nadie pudo acceder al interior del edificio.

No obstante, fuentes conocedoras del caso afirman que un policía llegó a entrar en el edificio y a subir a la primera planta. Una vez allí vio que las luces estaban apagadas y no encontró nada sospechoso, por lo que bajó de nuevo.

Al parecer, los agentes llamaron entonces a una mujer que trabaja en la cofradía, quien avisó a su vez a los vigilantes. Estos habrían llegado al pósito poco después, y sobre las 4 de la mañana las instalaciones ya estaban cerradas de nuevo. Asimismo, algunas fuentes aseguran que en la primera planta del pósito había comida preparada como para celebrar una fiesta. Benito González también lo niega, y dice que "nosotros nunca hicimos una fiesta de ese tipo después de ganar unas elecciones".

Pero el trabajo de la Policía Local no se quedó en la puerta abierta del pósito, y sobre las 4 recibieron una llamada de vecinos de O Pombal que se quejaban del ruido procedente de la calle. Cuando llegaron los agentes vieron a unas personas junto a un coche con la música puesta, que dijeron que estaban celebrando su victoria en las elecciones. Tras ser avisados se retiraron. La Policía Local de Cambados no quiso informar de estos incidentes.