Hay medallas como en las de verdad. Y aunque las competiciones no son de deportes olímpicos, sino de juegos tradicionales gallegos, reinan igual las ganas de vencer a los otros vecinos. La Festa da Xuventude de Valga cumplió ayer nueve ediciones, y lo hizo como es tradicional con las singulares Olimpiadas da Aldea y con la espectacular y muy concurrida capea de vaquillas y novillos.

La fiesta fue en la playa fluvial de Vilarello (uno de los lugares más visitados de Valga en verano) y empezó a las cinco de la tarde con la celebración de las finales "olímpicas", después de las semifinales del sábado. Cientos de vecinos acudieron a orillas del río Ulla para ver a los equipos de las aldeas disputar los encuentros decisivos de brilé, tiro de cuerda, carreras de sacos, o futbito... Los vencedores estuvieron muy repartidos, aunque como en toda Olimpiada que se precie también hubo un ganador absoluto en el medallero: entre los hombres fueron los de Vilarello, que habían ganado en el tiro de cuerda y las carreras de sacos, mientras que las mujeres de O Forno se alzaron con la victoria en la categoría absoluta tras haber vencido con anterioridad en el "Mundialito" de fútbol, las carreras de sacos y el brilé.

Aunque desde hace años la Festa da Xuventude de Valga se ha hecho más conocida por la capea de vaquillas, que se celebra en un pequeño ruedo habilitado junto a la propia playa fluvial. La organización contó ayer dos vaquillas y un novillo de las ganaderías de Álvaro Matías Martín y de Tabernero de Pinto, ambas de Valladolid, y con el salmantino Emilio Colmenero ("Emilio Charro"), como director de lidia.

El espectáculo lo abrió un grupo de jóvenes de Valga, la cuadrilla de Tito de Victoriano, que hicieron una entrada humorística portando a la Duquesa de Alba en camilla. Después fue el paseíllo de "Emilio Charro", que fue recibido con un gran aplauso tras la cornada que sufrió en la edición del año pasado, cuando intentó saltar sobre uno de los animales pero no lo consiguió porque no le dio más de sí el pantalón, y una vez en el suelo sufrió una cornada.

"Charro" dio los primeros pases con "Escondidita", la vaquilla que abrió la capea, y "Misionera", cansando un poco a los animales para que después saltasen a la arena los mozos del lugar. Muchos se atrevieron en el desafío directo, afrontando al animal en solitario, mientras que otros optaron por trabajar en equipo y saltaron en parejas o tríos. Hubo, como todos los años, caídas y golpes, aunque no heridas de consideración ni de asta, según apuntaron ayer los organizadores del evento.

La capea se cerró con "Trepador", un novillo de unos 300 kilos de los que se ocupó el director de lidia, que fue sonoramente aplaudido en más de una ocasión. Estaba previsto que el animal se recogiese en corrales sobre las ocho de la tarde, pero debía sentirse cómodo sobre el ruedo porque los mozos y organizadores tardaron más de media hora en conseguir que entrase al corral.

Fue un punto y seguido, pues muchas pandillas se quedaron después en la playa celebrando una tarde de sol, calor y muy buen ambiente entre los vecinos de las distintas aldeas del municipio.

La Festa da Xuventude la organiza el Ayuntamiento de Valga en colaboración con un grupo de jóvenes de la localidad, y la concejala de Cultura, María del Carmen Castiñeiras López sostiene que es una celebración "muy especial" no solo porque reúne a una gran cantidad de vecinos de una buena parte de los lugares habitados del municipio (ayer concursaron unos 25 equipos), sino porque los jóvenes se implican activamente.