La Plaza de Galicia, lugar en el que se concentraron desde el inicio del Mundial de Brasil muchos aficionados de la selección española, no fue ayer el anfiteatro que había sido en los partidos que los jugadores de Del Bosque disputaron ante Holanda y Chile.

El ayuntamiento instaló un centenar de sillas alrededor de una hora antes, sin embargo la pantalla gigante no emitió la señal del partido en ningún momento. La lluvia que empezó a caer en los instantes previos a las seis de la tarde, hora fijada para el inicio del encuentro, pudo ser el motivo. Algunos viandantes no daban crédito a que se situasen las sillas en el lugar si en la pantalla no se ofrecía el encuentro.

Lo más curioso de todo ello es que, pese a no haber emisión en directo desde Brasil, los operarios municipales no retiraron los asientos hasta las ocho de la tarde, coincidiendo con la conclusión del duelo entre España y Australia.