El de ayer fue un pleno atípico en Vilagarcía, pues duró apenas 50 minutos y transcurrió sin público. Era de carácter extraordinario. Sin embargo, no faltaron los ingredientes habituales de las sesiones vilagarcianas: bronca y crispación entre gobierno y oposición. El único punto a debatir, la solicitud al Ministerio de Hacienda de la reducción de los intereses del préstamo de 4,5 millones de euros de pago a proveedores (Plan de Ajuste o Plan Montoro), enfrentó al alcalde, Tomás Fole, con los demás portavoces, quienes insistieron en que las nuevas condiciones financieras del crédito "son revisables" y que ello podría agudizar todavía más la "sangrante" subida de impuestos municipales que contempla el Plan de Ajuste hasta 2022.

El concejal de Economía, José Manuel Pardal (PP), aclaró que el ahorro de 179.341,84 euros (un 1,4% durante toda la vida del préstamo) con motivo de la disminución de intereses "es real" y que dicho ahorro "deberá ser destinado íntegramente al saneamiento de la deuda comercial en el año 2014 e incluso en el 2015, favoreciendo igualmente el periodo medio de pago a proveedores". Solo si se cumple el plazo establecido legalmente para pagar a las empresas (60 días), el Concello podría destinar esos fondos a otros capítulos, según recoge el informe de la interventora.

Aunque los 4,5 millones de euros del Plan de Ajuste se dedicaron a pagar las facturas pendientes, ese importe no fue suficiente para saldar toda la deuda de Ravella con los proveedores, que se acercaba a los 8 millones de euros cuando Fole llegó a la Alcaldía. "Ustedes generaron la deuda, votaron en contra de la solución [en alusión al Plan de Ajuste] y ahora se oponen a una mejora del ahorro económico con la reducción de intereses. Me quedo absolutamente perplejo", espetó a la oposición el alcalde, Tomás Fole, visiblemente molesto con las exposiciones de los demás grupos.

El acuerdo salió adelante con los votos a favor de PP e IVIL, pues BNG y Esquerda Unida se manifestaron en contra. El PSOE se abstuvo en señal de protesta por no haber atendido el gobierno local una moción que presentó al pleno de marzo, y también al de abril, y que no fue incluida en ninguna de las dos sesiones. Los socialistas reclamaban precisamente que se ampliase el periodo de carencia del préstamo y disminuyesen los intereses.

Para poder acogerse a la reducción de intereses, el Ayuntamiento de Vilagarcía debe cumplir una serie de requisitos. Tiene que adherirse al Punto de Entrada de facturas electrónicas de la Administración del Estado (como muy tarde el 15 de enero de 2015), pertenecer a la plataforma electrónica de intercambio de información denominada "Emprende 3", confirmar el Plan de Ajuste (Pardal aseguró que no es preciso revisarlo y que el Concello "no presenta ni debería presentar en un futuro próximo problemas de sostenibilidad financiera ni presupuestaria") y sustituir al menos un 30% de las vigentes autorizaciones y licencias de inicio de actividad económica por declaraciones responsables.

El edil de Hacienda explicó que Ravella cumple todas las condiciones exigidas por el departamento de Cristóbal Montoro gracias a las actuaciones emprendidas, empezando por el Plan de Saneamiento y continuando por la compra de una nueva aplicación informática de contabilidad que permitirá la conexión al portal para la gestión de la factura electrónica. Ravella también adquirió un servidor y una unidad de almacenamiento de datos. "De no haberse realizado, no sería posible acogerse a este beneficio", concluyó el concejal de Economía.

El crédito amplía su periodo de carencia de dos a tres años, se mantiene el actual plazo de amortización (diez años, hasta 2022) y se reducirá "en 140 puntos básicos el diferencial aplicable sobre el Euribor a 3 meses, por lo que queda fijado en este último más un margen de 385 puntos básicos, que podría revisarse con posterioridad", reza el informe de Intervención.

Esta puerta abierta a la revisión fue lo que descolocó a la oposición. Juan Fajardo (EU) recordó que Vilagarcía está pagando un 5,538% de intereses ("una usura bancaria" , tachó) y recalcó que firmar el acuerdo "significa incrementar los impuestos en los próximos años", algo que también compartió el BNG. "Quieren rendir pleitesía a Madrid y seguirán subiendo los impuestos", expresó María Villaronga.

Tania García (PSOE), por su parte, admitió que "puede ser positiva esa reducción de 180.000 euros, pero no estamos de acuerdo con el Plan de Ajuste ni con las formas y el procedimiento".

Todo "in extremis"

Y es que la tardanza tanto en convocar el pleno de ayer como en enviar la documentación a los grupos fue el aspecto más criticado por la oposición, que se enteró de la celebración se la sesión plenaria el miércoles por la prensa y recibió el último informe minutos antes del inicio de la misma. Además, el 21 de junio -hoy- acaba el plazo para presentar las solicitudes ante el Ministerio de Hacienda, por lo que "si por lo que fuese hoy no se aprobase, se pasaría el plazo", reprochó la portavoz socialista, Tania García, a Tomás Fole. El alcalde, muy molesto, le replicó: "No llegamos tarde. Lo que es llegar tarde es tener un préstamo de 6 millones de euros [por "Luz Salgada"] y ejecutarlo en un 20%. Eso ya no es llegar tarde, es no llegar. Ahora tenemos que abonar más de un millón de euros [por los intereses] que a ver cómo los vamos a pagar". Fole cerró la sesión con un "buen fin de semana" dirigido hacia Ramón Bueno en un tono que despertó las críticas del socialista Lino Mouriño.