Manuel Hermo Piñeiro, desde la Escola de Hostalería e Turismo de Pontevedra, destaca que el mejillón cultivado en Galicia goza de un importante reconocimiento a nivel mundial "por su sabor, su valor nutricional y su versatilidad culinaria". Sin embargo, en la comunidad gallega este molusco "no está lo suficientemente arraigado ni tiene el valor añadido que se merece", quizás porque en el pasado los restos del mejillón "se utilizaban como abono para el cultivo de las tierras", o incluso puede que debido a los perjuicios que pueden causar los episodios tóxicos que se producen fuertemente y no siempre son bien entendidos por los consumidores.

Así lo explica Manuel Hermo en el boletín informativo del Consello Regulador da Denominación de Orixe Mexillón de Galicia, donde lamenta que "este gran fruto de nuestro mar no acaba de cuajar en nuestras casas ni en las cartas de los restaurantes gallegos".

Ante esto, sostiene que los chefs tienen ante sí "el reto de situar al mejillón gallego en el lugar que se merece, innovando platos, combinando la cocina tradicional con la vanguardista, introduciendo el mejillón como ingrediente principal o bien mezclándolo en otras elaboraciones culinarias".

Tantas son las posibilidades que ofrece el mejillón cultivado en las bateas que "incluso puede ser un nicho de mercado para nuevos negocios gastronómicos".

Y eso no es todo, sino que en escuelas de hostelería como la de A Lanzada "los que nos ocupamos de formar a futuros cocineros debemos sensibilizarlos en cuanto a la utilización de este producto y convertirlo en una estrella culinaria".