El capitán del Irmáns García Nodal, Saúl Amado, explica que "la tripulación tiene que estar permanentemente atenta al teléfono móvil. Yo mismo llevo uno conectado directamente al teléfono del barco. Si por cualquier razón no tuviese cobertura, sonaría en el puente de mando". Los tripulantes reconocen que "lo peor de la estancia en el barco es tener que estar pegados al móvil todo el tiempo. Cuando sales a tierra, no puedes desconectar del todo ni alejarte mucho del barco. Antes de zarpar, salvo que haya una urgencia extrema, necesitamos 30 minutos para calentar motores".

Saúl Amado explica que "la tripulación pasa dos meses a bordo del barco y después libra un mes. Cada turno tiene 9 tripulantes. Aún cuando estamos libres debemos estar dispuestos a embarcar ante cualquier eventualidad seria".

La vida a bordo no es tan dura como podría parecer. "La comida es buena. Compramos provisiones una vez al mes", explica un tripulante. "Todos tenemos habitación individual, es una nave bastante grande. Además, salimos a tierra siempre que estamos atracados", dice el capitán.