La Escola Oficial de Idiomas (EOI) de Vilagarcía amaneció ayer con la cerradura de la puerta principal totalmente cubierta de heces de perro. Hasta el lugar se desplazaron efectivos del Servicio Municipal de Emergencias para limpiar la estructura y también agentes de la Policía Nacional, pues no es la primera vez que el centro educativo sufre un suceso escatológico y ya existen varias denuncias presentadas por el director. Juan Paz asegura que desde que la Consellería de Educación valló el recinto exterior de la escuela -propiedad de la Xunta- en el mes de diciembre, determinadas personas que viven en las inmediaciones siguieron llevando a sus perros a hacer sus necesidades a la parcela de la EOI, dejando allí los excrementos. Incluso en ocasiones los conserjes se han encontrado a la hora de abrir el centro, a las ocho y media de la mañana, a un vecino esperando con su mascota a que se quitase el cerrojo para entrar. "Siempre son las mismas personas", afirma el director.

Lo ocurrido ayer fue la gota que colmó el vaso. El centro ya ha presentado tres denuncias en la comisaría de la Policía Nacional por distintos destrozos presuntamente relacionados entre sí y también con la presencia "diaria" de canes en la Escola Oficial de Idiomas. El 18 de febrero se presentó la primera denuncia motivada por la aparición de la cerradura del centro bloqueada con palillos. El 27 de ese mismo mes el director volvió a las dependencias policiales de O Cavadelo para dejar constancia de la fractura del panel informativo con horarios de apertura y de prohibición de acceso al interior del recinto con animales. "Dicho panel estaba sujeto con bridas, apareciendo en el suelo y cortadas", reza la denuncia.

La presencia diaria de perros dentro del recinto continuó. Y el 30 de mayo Juan Paz regresó por tercera vez a comisaría. En esta ocasión para denunciar un bordillo de piedra arrancado que tapaba un socavón que el director temía que pudiese provocar algún incidente. Los hechos ocurrieron entre las diez de la noche del 28 de mayo y las 8,30 horas del día siguiente.

Pero el 3 de junio Paz acudió de nuevo a la Policía Nacional para ampliar la denuncia, pues el bordillo había sido sustraído. Al parecer ese elemento de piedra impedía a las personas que habitualmente acuden con sus perros al recinto introducirlos bajo el portal cuando la escuela está cerrada.

El director llamó a un albañil para reponer el bordillo, que apareció con evidentes signos de haberlo intentado arrancar de nuevo. En la escuela sospechan que ante el fracaso de este intento, depositaron heces caninas en la cerradura.

Presuntas amenazas

Ante la concatenación de todos estos hechos, la asesoría jurídica y la propia Policía Nacional recomendaron al responsable de la Escola Oficial de Idiomas presentar una nueva denuncia por daños. Juan Paz también tiene previsto hoy mismo presentar otra por presuntas amenazas por parte del propietario de un can que acude al recinto a pasearlo. "Los hechos fueron aumentando su intensidad", apunta.

El director afirma que en el Ayuntamiento tienen constancia de los hechos ocurridos estos meses en las instalaciones de la calle Entrante. Recuerda que el cierre del recinto se efectuó correctamente y que era necesario ante las constantes incursiones de gente que pernoctaba e incluso trapicheaba con drogas a las puertas del edificio público. Se trata de una zona escasamente iluminada. Los propios vecinos trasladaron a Paz su satisfacción por el vallado de la parcela de la EOI para poner fin a ese mal ambiente.

Cuando la Consellería completó el cierre, las Navidades pasadas, algunas personas fueron al centro a quejarse. A partir de ahí comenzaron los problemas.