Las comunidades de montes del Castrove se reunieron el viernes por la noche en asamblea para hacer balance del último año. En el encuentro, celebrado en Armenteira (Meis), participaron representantes de trece colectivos, quienes constataron un descenso del número de caballos salvajes en la superficie de mano común. El presidente de la Mancomunidade del Castrove-Salnés, Claudio Quintillán, atribuye esta disminución de cabezas a la "presión" que sufren los propietarios de los equinos. Y es que en el Castrove ningún caballo cuenta con el microchip obligatorio. Además, los destrozos que los animales ocasionan en fincas privadas traen de cabeza a sus dueños, que en ocasiones los retiran del monte o incluso se deshacen de ellos, vendiéndolos.

El presidente de la mancomunidad -colectivo que aglutina a 16 comunidades entre asociadas e independientes- aclara que los comuneros quieren a los caballos en sus montes, que no les molestan. "La Xunta se comprometiera a elaborar un plan en el que colaboráramos nosotros y los propietarios de los caballos para que el ganado controlase el matorral, pero no hizo nada", denuncia Claudio Quintillán.

Esta es solo una de las quejas de los comuneros del monte Castrove. Hace una semana remitieron un escrito al jefe territorial de Medio Rural invitándolo a la asamblea celebrada el viernes en Armenteira. Pero la mancomunidad no recibió ni siquiera una respuesta. Se sienten olvidados por la administración. "Lo normal es que nos reúnan para explicarnos el Pladiga, pero no lo hacen. El asesoramiento de la Xunta hacia nosotros es nulo", advierte el portavoz de los comuneros.

Otro tema del que los vecinos dejaron constancia en la asamblea fue la cada vez mayor burocracia que deben realizar para justificar sus gastos. "La Ley de Montes nos obliga a reinvertir el 40% de nuestros ingresos en el monte, ya sea en mejoras, plantaciones, ... Nosotros realizamos una declaración trimestral ante la Agencia Tributaria en la que nos controlan todos los gastos e ingresos, pero ahora, durante los primeros seis meses del año tenemos que justificar ante la Xunta el importe que invertimos en el monte en el ejercicio anterior. Y en tercer lugar, cada comunidad estamos obligados a tener un plan de reordenación del monte", desgrana Quintillán.

En cuanto a las ayudas para la limpieza preventiva de los montes, los comuneros del Castrove denuncian la demora en las resoluciones, pues aunque acaban de ser aprobadas y comunicadas a los colectivos, "la convocatoria salió en enero". "Ahora tenemos que contratar al personal para hacer los trabajos, pero antes de limpiar el monte tienen que venir técnicos de la Consellería de Medio Rural para inspeccionar el terreno. En 2013 los trabajos preventivos los hicimos en octubre, ya en otoño, después de los incendios. Y es que las inspecciones de la Xunta fueron en agost,o y en septiembre contratamos los trabajos", concluye el presidente de la mancomunidad.