Contratar a una docena de voluntarios por un periodo de un año. Eso es lo prometido por la Xunta y es lo que esperan en O Grove. Pero Protección Civil sigue funcionando gracias a los voluntarios. Aunque todo cansa, y la profesionalización de este servicio de emergencias parece una necesidad cada vez más acuciante.

El trabajo que realizan sus integrantes es frenético, y están ahí para casi todo las 24 horas del día, los 365 días del año. Y lo peor está por venir, ya que con el verano se multiplica la población se cuelgan las Banderas Azules de las playas, son necesarios socorristas, hay que actuar en fiestas y procesiones, aumenta el número de accidentes y, en definitiva, el servicio de Protección Civil es más necesario que nunca. Pero como no hay respuestas y no se sabe si habrá contrataciones o no, los nervios son cada vez más evidentes.

A pesar de ello, los "chicos de Prote" siguen a lo suyo. Uno de sus responsables directos, Adrián Lijó (jefe de unidad), explica que durante la última semana "el Servicio de Protección Civil y Emergencias de O Grove desplegó los operativos diarios de rutina), como son de el mantenimiento de instalaciones, vehículos y embarcaciones, labores de administración (elaboración de documentación, preparar y planificar los diferentes operativos del fin de semana) viajes y gestiones y atención a los alumnos en las paradas escolares".

Cables eléctricos

Pero también "se recogieron tapones en los colegios para la Fundación Amigos de Galicia y se prestó apoyo a un evento llevado a cabo en A Lanzada, que se realizó el lunes y contó con cuatro socorristas voluntarios de la Unidad Marítima de Salvamento y Rescate".

Igualmente, "se hizo un operativo de prevención a causa de unos cables eléctricos que colgaban en O Con y que suponían un peligro para los vehículos, se retiró del parque de la escuela infantil Monte da Vila una colmena de abejas, se recogieron dos perros abandonados y se capturó en la zona de Campos un caballo que se había escapado de una finca, causando problemas en el tráfico".

Durante la semana "también se colocó en la zona de San Vicente un repetidor de comunicaciones digitales y GPS para mejorar las comunicaciones del Servicio de Protección Civil y Emergencias y del servicio de salvamento en playas".

Junto a esas tareas rutinarias y la atención a diversos sucesos, Protección Civil desplegó acciones de formación, "para estar siempre en forma y saber cómo actuar en cada momento".

En este ámbito, varios miembros de la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil de O Grove acudieron a la Academia Galega de Seguridade Pública para realizar cursos de apoyo psicológico y manejo de estrés en situaciones críticas de emergencia en caso de catástrofe; técnicas de motivación y liderazgo para jefes de equipo; y formación en desfibrilación semiautomática externa.

Por si fuera poco, el Aula de Formación, Planificación y Divulgación de Protección Civil O Grove "impartió una charla de primeros auxilios en el Juzgado de Cambados dirigida al personal de dicho edificio, con una duración de 10 horas y variados contenidos".

Adrián Lijó, que fue el encargado de impartirlo, explica que se habló de "a quién llamar y cómo llamar en caso de emergencia; sobre el botiquín y las heridas; evaluación de la víctima; posición lateral de seguridad; atragantamientos (maniobra de Heimlich); y sobre el fuego y manejo de extintores".

Hay muchas más cosas que contar del trabajo que realizan los voluntarios de Protección Civil de O Grove. Pero lo más importante, quizás es que su continuidad está en el aire y depende, única y exclusivamente, de la postura que adopte la Xunta de Galicia respecto a la contratación de profesionales.

En algunos círculos se dice ya que "las cosas buenas no se aprecian hasta que se pierden", y en el caso de Protección Civil de O Grove puede que se valore realmente su labor si es que algún día llega a desaparecer.

La gratitud de Breixo y su familia

En Protección Civil de O Grove hacen alusión a los operativos que desplegaron sus miembros a lo largo de la última semana, y entre todos ellos destacan un caso muy concreto, a la vez que emotivo.

Adrián Lijó, jefe de unidad de la agrupación, explica que la semana comenzó "con un agradecimiento y una grata sorpresa en nuestra base de emergencias".

Resulta que "un chico que se llama Breixo y acude al colegio de Rosalía de Castro no podía asistir a clase porque tuvo la mala suerte de caerse y hacerse un buen corte en una pierna, en la tuvieron que aplicarle casi cincuenta puntos".

Los padres de Breixo solicitaron ayuda a Protección Civil "para que pudiera acudir a clase, y nosotros lo subimos y bajamos durante dos semanas al primer piso con nuestra silla especial para subir y bajar escaleras", explica Adrián Lijó.

A esto añade que tanto el niño como sus padres "nos daban las gracias todos los días, a lo cual nosotros les decíamos que no es necesario ya que nosotros le ayudamos encantados y estamos para todo tipo de labores que sean necesarias". Y resulta que "para agradecernos nuestra colaboración el lunes nos ha entregado una nota y una caja de bombones, por lo que nos llevamos una muy grata sorpresa".