Las familias arousanas que se ven obligadas a recurrir a la caridad para poder subsistir no deja de crecer. Cada año por estas fechas, el presidente de Cáritas Interparroquial Arousa, Francisco Fernández, hace balance de la actividad de la entidad, unos datos cada vez "más preocupantes", según advierte el propio "Paco". Y es que aumentaron tanto el número de usuarios como todas las ayudas y servicios que se prestan. De las 3.878 personas distintas atendidas en 2013, 754 eran familias, casi el doble que en el año anterior, cuando 472 hogares asfixiados económicamente acudieron a Cáritas para poder sobrevivir.

Dentro de las familias, llama la atención el espectacular aumento de las monoparentales, en un 99% de los casos con mujeres al frente. Cáritas ayudó el año pasado a 187 madres solas con hijos a su cargo, frente a las 34 de 2012. Por tanto, este tipo de unidades familiares se quintuplicaron.

En cuanto al tipo de ayuda proporcionada, la más urgente, la alimenticia, casi se duplicó, al pasar de 444 paquetes alimenticios distribuidos a 720 en 2013. Los pagos de vivienda (alquiler, hipoteca, facturas, ...) crecieron de 41 a 61. Lo que creció "tremendamente" -define Francisco Fernández- fue la actividad de la lavandería: de 360 participantes en 2012 a 415 en 2013. El presidente de Cáritas cree que este incremento se debe a que hay gente que ya carece de suministro de luz y agua o bien se le ha estropeado la lavadora y no tiene dinero para repararla. Las ayudas para butano se dispararon de 54 a 104 en solo un año.

En los últimos años, los usuarios de Cáritas cada vez son más jóvenes. Mientras que en 2013 la media de edad se situaba entre 40 y 49 años, en 2013 se rebajó a la franja entre 30 y 39. En el lado contrario se sitúan los mayores: "Atendimos a 9 personas de 70 años que no son del comedor sobre ruedas", alerta Paco Fernández.

Por primera vez en la historia de la entidad en Arousa, las mujeres que recurrieron a la plaza de la Constitución en busca de auxilio económico superaron a los hombres: 1.949 frente a 1.929, según reza la última memoria.

Tanto Francisco Fernández como Manuel Castroagudín destacan la gran solidaridad de los ciudadanos en Arousa. "Nuestra sociedad es admirable porque es muy, muy solidaria. Una sociedad que sabe movilizarse es una sociedad que tiene futuro", opina Manuel Castroagudín, que agradeció la colaboración de todas aquellas personas que contribuyeron a que Cáritas pudiese ayudar a toda la gente necesitada.

Mientras que el número de socios se mantiene en niveles similares a años anteriores (188), el de voluntarios ha crecido de los 220 a los 235. Las nuevas incorporaciones son, mayormente, personas jóvenes.

Por primera vez Cáritas computa las donaciones en especie: 35.564,7 kilos, lo que se traduce en una valoración de 63.847,45 euros.

En cuanto al presupuesto para sostener la entidad, disminuyó ligeramente, de 284.000 a 277.500 euros -en cifras redondas-. "Como siempre, hacemos más con menos", recalcó Francisco González.

Por colectivos, el más importante es el de familias (1.682 personas, 348 de ellas en núcleos monoparentales) seguido del formado por ciudadanos de etnia gitana (703), que creció notablemente, y de los transeúntes nacionales (647). Los inmigrantes solo suman 177 y la cifra de drogodependientes que recurre a Cáritas se mantiene en 444 personas. Los "sin techo" atendidos son 223.

594 usuarios sin ingresos

En cuanto a la situación económica de los 3.878 usuarios, más de medio millar carece de ingreso económico alguno (594 concretamente), 640 sobreviven con pensiones no contributivas, 92 con ingresos contributivos y 45 trabajan. "Si trabajan una semana del mes, por ejemplo, eso no les da para vivir", precisa el presidente de Cáritas.

En cuanto a la Risga, Fernández consideró que aunque la Xunta incrementó la partida para estas prestaciones, "no es suficiente" y "hay mucha gente esperando por ella". De las personas atendidas por Cáritas en 2013, 322 son perceptoras de Risga, frente a las 156 de 2012, lo que significa más del doble.

Luego existen otras 450 usuarios de la entidad benéfica que tiene otro tipo de ingresos, en su mayoría procedentes de la economía sumergida. En lo que va de 2014, Cáritas constata que la demanda sigue creciendo.