Las trabajadoras de Cuca y sus representantes sindicales esperan ansiosos la resolución judicial que decidirá de una vez por todas si Garavilla debe reabrir la fábrica de Vilaxoán o no. La vista oral se celebró la semana pasada en el juzgado número 2 de Pontevedra y por el momento la plantilla no ha recibido noticias de la sala ni tampoco de la empresa.

Aunque ya existen dos sentencias que obligan a la empresa a reponer a las empleadas en sus anteriores condiciones de trabajo, el grupo conservero entiende que con la obligación de que las operarias fichen en Vilaxoán y se trasladen desde allí a O Grove en un autobús -fletado por Garavilla- está cumpliendo el fallo judicial. La plantilla no opina lo mismo, de ahí que la semana pasada se haya celebrado un nuevo juicio.

La empresa alegó que reabrir la fábrica de Vilaxoán le supondría una inversión de 4 millones de euros, , un argumento no admitido porque la conservera fue cerrada cumpliendo con los estándares de calidad.