Las obras de mejora del vial entre A Canle y A Cubela en Meaño han reavivado la vieja polémica vecinal sobre el conocido como "árbol de Otero", un viejo plátano híbrido de gran altura que preside majestuoso la entrada en Meaño a pie mismo de la PO-303, tanto que con su crecimiento el margen de la carretera empieza a verse ligeramente afectado. Hay vecinos que pretextan que el árbol es en la actualidad "un estorbo", que dificulta la visibilidad a los conductores que salen a la PO-303 en ese punto, procedentes del lugar de Outeiro, y que en pocos años sus raíces comenzarán a levantar el asfalto de la propia carretera. Otros en cambio, abogan porque el viejo plátano es "todo un símbolo" para la localidad de Meaño y que, por encima de todo, debe permanecer en pie.

La polémica viene de años atrás. El viejo árbol es el único ejemplar que se conserva de una decena que hace medio siglo conformaban una hilada paralela a la carretera en ese punto. Se desconoce los años que puede tener el ejemplar, pero los más viejos de Meaño atestiguan que lo recuerdan "ahí desde siempre". En 1996 el concello, con motivo del ensanchamiento de la PO-303 a su paso por Meaño y la dotación de saneamiento a la zona, se planteó su tala e incluso el grupo de gobierno que entonces lideraba Jorge Domínguez como independiente era partidario de ella. Pero entonces surgió un movimiento vecinal espontáneo con el objeto de salvar el viejo plátano considerado por muchos "un símbolo". Tal fue el cariz del asunto que el gobierno local de Jorge Domínguez lo dirimió con la celebración de un referéndum entre todos los vecinos de la localidad de Meaño para decidir sobre la conveniencia de talar o no el viejo plátano. Y en aquel referéndum, celebrado en abril de 1997 en el que votaron 81 vecinos de las 146 viviendas que por entonces había en Meaño, 48 votantes pidieron salvar el árbol y 33 solicitaban su tala. Así pues el gobierno local, en virtud del resultado concedió el indulto al viejo árbol que fue salvado por los propios vecinos.

Ahora, la asociación de vecinos de Meaño que preside Isidoro Fontán retomó el asunto, por cuanto algunos solicitaron que el viejo árbol fuera talado. A raíz de ello mantuvieron un contacto informal con la alcaldesa Lourdes Ucha para conocer la posición del concello pero esta les expuso que el árbol permanecía en pie "por expreso deseo de los vecinos de Meaño que lo refrendaron en su día en una votación",

Con todo, hubo una recogida de firmas y solo se recogieron 30, por lo que el sentido dictó la suspensión de la campaña para evitar una fractura vecinal. Y, el árbol seguirá creciendo.