Su mujer no quería bajo ningún concepto que se presentase a alcalde por miedo a estar expuestos a la opinión pública y que así se esfumase la tranquilidad con la que vivían. Pero los compañeros de partido consiguieron convencerlo y José Recuna Villaverde (Vilagarcía, 1927) se presentó como candidato del PSOE a la Alcaldía de Vilagarcía en las primeras elecciones municipales de la democracia. Y logró gobernar, en coalición con el Partido Comunista -con cuatro concejales-. Los socialistas tenían siete, Unión de Centro Democrático (UCD, el partido liderado por el recientemente fallecido Adolfo Suárez) otros tantos, y Alianza Popular (actual PP), tres. Precisamente por su labor en los primeros años de la transición, el PSOE de Vilagarcía nombrará a José Recuna militante de honor en la comida que el partido celebra cada primero de mayo. A sus 87 años, se encuentra "muy bien", hasta el punto de que continúa pedaleando en su bicicleta.

-¿Qué significa para usted este reconocimiento?

-Pues un reconocimiento a una labor realizada hace treinta años. Debido a mi edad, se me reconoce ahora. ¡Menos mal que me cogen vivo! Porque normalmente se reconoce a alguien cuando fallece.

-¿Llega tarde este homenaje?

-No, no. Pero no lo esperaba. Nunca tuve pretensiones de que se me reconociera nada. Yo hice mi labor porque era mi obligación.

-Nació en Vilagarcía y aquí vivió toda su vida. ¿Cuáles son los principales problemas que observa en la ciudad hoy en día?

-Lo del tren (en alusión a la ampliación del ferrocarril de mercancías) es una barbaridad, ya lo fue lo del relleno. Todas las ciudades más o menos inteligentes que lo tienen lo están sacando y Vilagarcía lo construye. Y es consecuencia de la pasividad y pasotismo de los vilagarcianos. No debiera de consentirse. Si el Puerto es rentable e interesante, tiene que buscar la solución cueste lo que cueste. Si la encontró con la carretera (la circunvalación sur), también puede hacerlo con esto. Aquí no hay suficiente calado ni lo habrá nunca ¿Por qué esa lucha con otras autoridades portuarias de Puertos del Estado? Tenemos puertos en Vigo, Marín, Ferrol, A Coruña, ... donde pueden atracar barcos con gran calado y no hace falta navegar 15 millas para llegar a puerto como en Vilagarcía. Salvo para los consignatarios, a ver a quién beneficia de la ampliación del tren de mercancías. Aquí no quedan más que los sueldos, aunque algunos porque hasta los camiones de servicio al Puerto son de fuera.

- Como ciudadano, ¿cuál ha sido el mejor alcalde de Vilagarcía?

-El primer alcalde de Vilagarcía fue un tío mío, Elpidio Villaverde, en 1931 con la Segunda República. Yo tenía cuatro años y por tanto no podía valorarlo. Pronto se fue de diputado. Luego vino Valentín Briones, un primo de mi madre y después todos los alcaldes fueron a dedo y presión. Tras este periodo, el primer elegido fui yo.

-Fue el primer regidor de la democracia. ¿En qué ha cambiado la clase política actual respecto a la de entonces?

-La de ahora es muy distinta. Desgraciadamente la mayoría de edad se adquiere con buena o mala conducta, y parece que eligieron mal. En mis tiempos tuve que adaptar a toda la gente a una nueva ideología, que parecía que tenía cuernos. Aparte de la labor municipal, tuve que realizar una labor pedagógica. Hoy saben demasiado (los vecinos), lo que pasa es que leen novelas malas.

-Es palpable en la calle que existe un descontento bastante generalizado con la clase política. ¿Qué hay que hacer para remediarlo?

-Pues recuperar de una forma cursi o romántica los valores básicos de la ciudadanía, como honradez, lealtad, solidaridad, comprensión o convivencia. Hoy en día están deshechos.

-¿Hay falta de honradez en los políticos actuales?

-No es que sean todos, son pocos, pero como resalta más esa situación... Hay que hacer fuerza a la contra para que resalten más los que son honrados.

-La corrupción...

-Eso es criminal.

-¿Qué destacaría de su labor en sus cuatro años como alcalde?

-En el fondo, no fue muy desagradable. En el mejor de los casos podía tener el 50% de los amigos. Tuve la satisfacción de contar con unos compañeros con los que la colaboración fue estrecha y formidable. Los siete concejales éramos uno. Me satisface haber conseguido los logros que pretendía, aunque no se llegaron a realizar todos porque solo estuve cuatro años. Algunos se quedaron en el tintero y otros fueron cortados por el que vino después, Rivera Mallo, como por ejemplo el Plan de Urbanismo. No estaban de acuerdo porque nosotros bajo su punto de vista éramos más restrictivos. Luego hay otras cosas que cogimos en iniciación.

-¿Cómo cuáles?

-Había cuatro bibliotecas concedidas. La única en construcción era la de Bamio. En aquellos tiempos desde la plaza de Galicia se veía el mar a través de Conde Vallellano y dos meses antes de las elecciones el Partido Comunista logró paralizar la biblioteca que iba a impedir las vistas, en el relleno. Para las bibliotecas de Vilaxoán y Carril no teníamos terreno. Empezamos a movernos para que aquella promesa fuera una realidad, y a consecuencia de esto conocí a tres ministros de Cultura. En Carril rehabilitamos una casita y en Vilaxoán conseguimos con la cofradía que nos dejase el paso.

-Viajó mucho a Madrid entonces...

-Muy frecuentemente.

-¿Y en cuanto a la actual biblioteca de Rey Daviña?

-La compra de ese edificio la gestioné yo con la propiedad del mismo. También resolví el problema de acceso al centro de formación profesional y ampliamos la salida de Vilagarcía por donde están las franciscanas.

-La actual plaza de la Independencia.

-Sí. Frente al colegio había un edificio de Nartallo, la antigua huevera, que reducía la carretera a la mitad. Eso si que me costó bastante saliva.

-Su mujer dice que usted tenía especial empeño por dotar a Vilagarcía de un asilo mejor. Cuénteme.

-El asilo estaba en la plaza de la Constitución. Yo quería un asilo digno y empecé a moverme por todos los ministerios, sobre todo el de Sanidad. Fui en septiembre y me dijeron que si antes de Navidad le llevaba el proyecto, me daban ciento y pico de millones de pesetas. Y le dije: trato hecho. Y así fue.