Cerca de un centenar de personas asistieron ayer por la tarde a la concentración organizada por la vilagarciana María Carrera, que lleva en huelga de hambre desde el 3 de abril en señal de protesta por un retraso en la concesión de una Risga que ya acumula once meses. Todavía no tiene noticias de la prestación. La ciudadana sopesa trasladar su movilización a Santiago, pero eludió precisar más detalles.

Se mostró muy agradecida con el apoyo de los asistentes, entre los que se encontraban concejales de la corporación como Juan Fajardo y Ramón Bueno (ambos de Esquerda Unida) o Xabier Ríos (BNG) y otras caras conocidas como el responsable de Comisiones Obreras, Juan Bao o el presidente del colectivo de marisqueo Lazareto, Salvador Ribadomar. Tampoco faltó Teo Cardalda, de la asociación de vecinos de Vilaxoán.

Pero la asistencia no fue la esperada para María Carrera. Ella tenía la esperanza de que asistieran al menos algunas de las personas que sufrieron situaciones similares a la suya -retrasos en prestaciones-, vivencias que se las contaron durante sus largos días en las puertas del Concello o bien en la oficina de Esquerda Unida. De hecho esta colaboración no fue la única del partido izquierdista, sino que ayer mismo cedieron la megafonía para la concentración.

Carrera admitió sentir cierta decepción por la ausencia de otros casos similares al suyo, y también echó en falta a representantes de las tres entidades sociales más representativas de la ciudad: Cruz Roja, Cáritas y Amigos de Galicia. "Invité a las tres ONGs a estar aquí, y es una lástima porque deberían ser ellos los que también diesen un poco la cara por la gente de la calle, porque saben cuál es el sentir de las personas en esta situación. No obstante, reconoció que realizan una buena labor.

En cuanto a su salud, Carrera dice que el último chequeo realizado la semana pasada arrojó resultados normales, aunque admitió que las fuerzas flaquean por momentos. "Depende del día", confiesa.

Durante su discurso ante los asistentes, criminalizó a los trabajadores municipales de los Servicios Sociales, a los que calificó de "jueces" y de "no ser personas muy empáticas". Pese a estas críticas, ni los representantes sindicales ni tampoco los políticos realizaron comentario alguno.

Inserción laboral

María Carrera reclamó públicamente la instauración de una renta que garantice los derechos fundamentales de los ciudadanos y encaminada a una inserción laboral, con la posibilidad de compaginarla con un contrato de trabajo de 3 o 6 meses. "La Risga no es la renta adecuada para el tipo de gente que tenemos un historial laboral detrás", expresó la ciudadana, parada de larga duración y en espera de la concesión de una Risga (ronda los 400 euros) desde hace once meses.

Aunque las críticas de Carrera van dirigidas a los Servicios Sociales de Vilagarcía, reiteró que tiene constancia de otras demoras en otros concellos y administraciones en materia de prestaciones sociales y también de dependencia. Instó al departamento municipal que dirige Elena Suárez a "reconocer el mal funcionamiento y a hacer algo por solventarlo".