Las toxinas lipofílicas continúan su avance primaveral en las rías gallegas, y a estas alturas ya obligan a tener cerrados el 66% de los polígonos bateeiros de la comunidad autónoma, lo que significa buena parte de los 3.300 viveros disponibles.

Las células causantes, entre las que destacan las correspondientes a la conocida toxina dirarreica (DSP), llevaron al Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar) a cerrar 33 polígonos en menos de un mes, por lo que únicamente quedan disponibles para el sector otros 17, repartidos entre las rías de Arousa y Vigo, que son por tanto las únicas con actividad ahora mismo.

Todas las demás están cerradas a la extracción del molusco y está totalmente prohibida su comercialización. Sucede en Ares-Betanzos, Baiona, Corme-Laxe, Muros-Noia y Pontevedra, donde tendrán que esperar a que las células desciendan y puedan reabrirse los parques.

En la ría arousana hay once polígonos cerrados y otros tantos abiertos. Se trata de los Pobra H, G, A, B, C, D y E, de los Vilagarcía A y B y del Cambados B. En la de Vigo hay seis cerrados y seis abiertos, el Cangas - y los Redondela A, B-G, C-F, D y E.