Los 103 pacientes que cada día acuden al Servicio de Urgencias del Hospital de O Salnés solo pueden hablar maravillas de la atención y la estancia mínima que deben pasar en los boxes.

Es quizás el centro que tiene el récord de velocidad en consultas pues el tiempo medio por paciente ronda las 3,30 horas desde que entra en el servicio hasta que recibe el alta hospitalaria, cuando en el resto de los hospitales de la red pública se rondan las seis horas.

Eso lo saben muchos pacientes que acuden al centro comarcal de Vilagarcía porque saben que van a ser atendidos con más celeridad incluso que en el propio PAC de San Roque.

La causa está en la necesidad de ordenar la actividad sin que la atención se vea mermada en lo más mínimo, pues los 500 metros del servicio impiden acomodar a tantos pacientes durante más tiempo en tan poco espacio.

El equipo que coordina Manuel "Tato" Vázquez Lima lleva un ritmo frenético a consecuencia de la necesidad de acomodar a los pacientes, una vez que se realizó el triaje a la entrada en el servicio.

El personal trabaja a contrarreloj porque es preciso habilitar los boxes cuanto antes, pero sin que se resienta en absoluto la actividad asistencial.

En ese lapso de tiempo de 3,5 horas es preciso completar todo tipo de pruebas diagnósticas, entre ellas placas, ecografías y analgesias, para que luego el enfermo marche a casa en las mejores condiciones posibles, o bien determinar su ingreso en planta.

La idea es darles el alta cuanto antes, una decisión que alivia tanto al paciente como a sus familiares que evitan la larga y tensísima espera que se produce en todos los demás centros sanitarios.

Esta enorme ventaja reduce las críticas al hacinamiento que sufren una vez que se encuentran en los boxes individuales pero que se han duplicado con una cortinilla que en absoluto ampara la intimidad que se desea en momentos tan delicados.

Este enorme lado positivo del tiempo contrarresta las otras molestias que los vecinos de O Salnés se toman ya con absoluta resignación.