-La economía sumergida es uno de los estigmas que acompañan a los autónomos.

-Hay que romper con la idea de que el trabajo autónomo es una bolsa de fraude. El autónomo no es un defraudador, sino al contrario, una persona que recauda mes a mes para las arcas públicas. La economía sumergida existe, pero no siempre es querida por el autónomo, que se acoge a ella porque no le queda más remedio. Hay negocios que por sus características al comienzo no garantizan una carga de trabajo suficiente para permitir la rentabilidad. De ahí que sea necesario poner en marcha una cotización a tiempo parcial, que ayude a los jóvenes y a los que prueban con una actividad que no les garantiza una carga de trabajo estable y a tiempo completo. Eso reduciría la economía sumergida.

-A veces la administración fomenta tanto el emprendimiento que parece que es un camino de rosas.

-No es un camino de rosas, pero sí que puede ser una buena salida laboral, con la condición de que el autónomo esté muy cualificado, y esto no siempre tiene que ver con la formación académica, y conozca muy bien el ramo en el que se mete. Algo que siempre recomendamos es no montar un negocio a la desesperada, sin conocer el sector. Mucha gente que está a punto de terminar el paro opta por montar un bar o una tienda de ropa y no ve que no hay consumo suficiente para todos. Hay que pensar que el 80 por ciento de los negocios que se abren en España no llegan a los dos años de vida. Así que nuestro primer consejo es hacer un plan de empresa completo y un estudio profundo de la idea que tenemos en mente.