En torno a medio millar de personas marcharon ayer por las calles de Vilagarcía para exigir a la justicia que ordene a Garavilla el cumplimiento de las dos sentencias que obligan al grupo conservero a "reponer a las trabajadoras en su situación inicial", es decir, a reanudar la actividad de Cuca en Vilaxoán. En este largo y duro conflicto laboral, las trabajadoras ya convocaron con anterioridad otras dos manifestaciones y una cadena humana, pero en esta ocasión la movilización contó con unos participantes que hasta ahora no se les había visto portando una pancarta: los concejales del gobierno de Vilagarcía.

Así, todos los partidos políticos con representación en el Concello (PP, IVIL, PSOE, BNG y EU) aparcaron por un día sus diferencias para apoyar sin fisuras a las trabajadoras y marcharon juntos detrás de una pancarta propia de la corporación en la que se podía leer: "Pola continuidade de Cuca en Vilaxoán. Cumprimento da sentencia xa". Así, la movilización dejó una imagen para la posteridad: Rocío Llovo (PP), Tomás Fole (PP), Tania García (PSOE), Juan Fajardo (EU) y María Villaronga (BNG) unidos por una misma causa: la reapertura de la emblemática fábrica en Vilaxoán. También asistieron a la protesta los nueve ediles restantes del gobierno. Del PSOE también se pudo ver a Susana Camiño, Lino Mouriño o Miro Serén, y del BNG a Xabier Ríos o a la diputada Montse Prado.

De la CIG, ni rastro -no tiene participación en el comité de empresa-. Comisiones Obreras y UGT enarbolaron sus banderas desde el inicio de la marcha, frente a la fábrica de Cuca. Los ediles no coreaban consignas, pero la fuerza y energía de las trabajadoras fue más que suficiente para hacerse oír por las calles de Vilagarcía. A un paso bastante rápido -la manifestación comenzó a las 20 horas en Vilaxoán y terminó a las 21,15 en Ravella- y portando camisetas reivindicativas y pancartas con el lema "En defensa do emprego e do futuro de Vilagarcía", las trabajadoras alzaron la voz para reclamar alto y claro: "Así, así, nin un paso atrás, que se cumpla a sentencia de Cuca en Vilaxoán". Ahora las empleadas fichan en la factoría vilaxoanesa y son trasladadas en un autobús gratuito a O Grove, pero "esto non é cumplir a sentencia".

Así lo piensan también las demás personas que participaron en la movilización. Aunque la asistencia fue menor de la esperada, el ambiente durante todo el recorrido no pudo ser mejor. Sin ningún incidente, y ni siquiera se produjeron grandes retenciones de tráfico -según la Policía Local- a consecuencia del corte de la avenida de Cambados. La presidenta del comité de empresa, María José Rey, valoró muy positivamente tanto la afluencia de gente a la protesta -calculaban unas 2.000 personas- como el transcurso de la misma.

Al llegar a Ravella, las trabajadoras se solidarizaron con María Carrera, que lleva varios días en huelga de hambre por el retraso de una Risga, y le cedieron el micro. Luego, María José Mariño, miembro del comité, leyó un emotivo y demoledor manifiesto: "Que el miedo no nos haga resignarnos y tener que vivir de rodillas. Esta lucha de Cuca es la lucha de otras muchas empresas en la comarca. Cuca somos todos. ¡Sí se puede!", gritó. Ahora deben esperar al 30 de abril, cuando se celebre la vista entre las partes y en un plazo de tres día la juez tome una decisión. Mientras, la lucha continúa.