Hace ya muchos años se instalaron en A Lanzada dieciséis garzas y flamencos de acero inoxidable. Pero los robaban y rompían, de ahí que el Concello los reubicara. Más recientemente colocó las esculturas en una rotonda en O Corgo, supuestamente más vigiladas. Solo quedaban tres piezas, pero se construyeron otras tres réplicas. El fin de semana pasado los ladrones volvieron a actuar y se llevaron una de las garzas, intentándolo sin éxito con otra.