Todo parece indicar que tarde o temprano -quizás esta misma semana- las biotoxinas marinas van a incrementarse lo suficiente como para que se decreten los primeros cierres de bateas en la ría de Arousa, la más productiva de Galicia.

Pero de momento estas aguas, como las de Vigo y Muros-Noia, permanecen totalmente a salvo del episodio tóxico que, prácticamente como cada primavera, afecta ya a las rías gallegas, obligando a prohibir de nuevo la extracción en casi todos los parques de cultivo flotantes de la ría de Pontevedra, que es como siempre la más afectada.

Tras obtener los resultados de los últimos análisis, en el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar) confirmaron a última hora de ayer que siguen cerrados seis de los ocho polígonos existentes en la ría de Pontevedra, permitiéndose la extracción, de momento, en los Cangas A y Portonovo A.

Asimismo, la veintena de polígonos existentes en las aguas arousanas son aptos para la extracción y venta, como sucede con los doce de Vigo y los cuatro de Muros-Noia. También se autoriza la actividad acuícola en el Baiona A y los dos de Ares-Betanzos. Ni que decir tiene que, por ahora, los perjuicios de este episodio tóxico para el sector son mínimos.